Iglesias Cristianas de Dios

 

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El Pacto de Dios [152]

(Edición 1.2 19960217-19991204)

 

 

Una falacia común es que Dios ha hecho pactos completamente diferentes en los tiempos del Antiguo Testamento y en la era del Nuevo Testamento, como si Dios se hubiese equivocado con el antiguo Israel fallándoles, y ahora estuviese tratando de corregir las torpezas anteriores con un Nuevo Pacto. La verdad es que Dios es confiable y veraz y no comete errores. Él pacta con justicia y consistencia y los pactos ilustran estas cualidades. Su Pacto con el género humano a lo largo de la historia no es ni fragmentario ni caprichoso. Este artículo examina el propósito del Pacto y como este involucra a tres grupos importantes para Dios: Abraham, Israel en Sinaí, y los Cristianos del Nuevo Testamento.

 

 

Christian Churches of God

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El Pacto de Dios [152]

 


Parte 1 - El Pacto

 

Dios ha preferido revelarse a Sí Mismo  en forma específica. Él ha preferido actuar en los asuntos de hombres según un curso de acción determinado, lo cual aumentará al máximo el efecto del aprendizaje a largo plazo de la creación y minimizará el daño a esa creación. Por eso él prefirió confinar las actividades de la creación humana a este planeta y establecer un sistema con el cual Él pudiese interactuar. Sus actividades demuestran Su naturaleza y propósito, y le proveen la guía a Su Pueblo. Él no ha preferido tratar con todos los hombres en este tiempo. Él escogió un pueblo con el cual hacer Su pacto. Las actividades de Jesucristo en la encarnación no removieron el pacto que Dios hizo con Israel. Cristo renovó ese pacto y elaboró un nuevo y superior sistema de interacción con los seres humanos a través de las actividades del Espíritu Santo.

 

El Plan de Salvación ha sido tratado en diversos escritos sobre los Días Santos. Cada una de estas Fiestas bosqueja las etapas del plan y sirven como recordatorio anual de lo que Dios hace y cómo serán consumadas estas cosas.

 

Sin embargo, para entender el plan de Dios para con nosotros íntegramente, también debemos entender cómo encajamos dentro de ese cuadro y cuáles son nuestras responsabilidades para el cumplimiento de ese plan. La parte más importante de nuestras responsabilidades se halla en el pacto, el cual Dios hizo con Israel. El pacto establece, como cualquier acuerdo formal entre dos partes, las condiciones bajo las cuales el acuerdo es válido y las consecuencias de la ruptura del acuerdo. Las partes en el acuerdo están confinadas a Israel como Su pueblo escogido por una parte y Dios por la otra parte. Ese pacto fue extendido en Jesucristo para incluir a todas las naciones del mundo como hijos de Dios en Israel. El pacto con los patriarcas e Israel no fue removido, tal como comúnmente se cree. Sino más bien fue extendido a los Gentiles a través de la muerte del Mesías. Hay así no dos pactos separados sino, más bien, dos elementos de un único pacto entre Dios y Su pueblo. Examinaremos los términos y los conceptos debajo.

 

En términos simples, cuando nos aferramos al pacto con Dios, recibiremos vida eterna y si quebrantamos ese pacto pereceremos. En Su pacto con nosotros, Dios expuso Sus promesas a nosotros y las consecuencias de nuestro fracaso en el mantenimiento de nuestras promesas a Él. Desde el tiempo de Cristo, nuestro bautismo es nuestra promesa de observancia del pacto. Este bautismo es la señal para las naciones, el cual actúa de igual forma que actuara la circuncisión con Israel. El simbolismo fue tomado de una circuncisión física a una circuncisión espiritual del corazón.

 

El Pacto de Dios con Abraham

 

El Antiguo Testamento esboza el primitivo pacto de Dios y muestra cómo Israel prosperó viviendo según el pacto y cómo les sobrevino cautiverio y desastre cuando dejaron de vivir según él. Lea Deuteronomio 28 para ver las bendiciones y maldiciones en las que incurrieron cumpliendo o dejando de cumplir los mandamientos de Dios. Esta observancia de los mandamientos es nuestra parte del acuerdo. Esta responsabilidad también es explicada en detalle en el escrito Las Bendiciones y las Maldiciones [075].http://www.logon.org/english/s/p075.html

 

Dios primero había establecido una relación con Adán. A Adán y Eva les fue ofrecido el árbol de la Vida (Gén. 2:16-25). Sin embargo, Adán  falló y la creación tuvo que ser alejada para permitir que el plan de Dios fuese implementado sin interferencia o mancha.

 

Por esta razón, la tierra fue juzgada bajo Enoc y destruida bajo Noé. A partir de ese tiempo, Dios inició la preparación del emplazamiento del pacto con un pueblo que Él pudiese utilizar como un ejemplo para las naciones. De entre este pueblo, Él proveería a un salvador y los primeros frutos (Gén. 3:14-19). El redentor vendría del Ejército interno escogido entre mil (Job 33:23-28) (Nota tra. Ver Biblia de Jerusalén).

 

Dios hizo Su pacto con Abraham, identificando así su simiente como la escogida a través de la cual los pueblos de la tierra serían bendecidas (Gén. 12:1-3). Esta bendición sería finalmente plasmada en el Mesías y la Iglesia como Israel. El redentor era el Ángel de Yahovah, quien fue el elohim de Israel a la cabeza de los elegidos (Zacarías 12:8). Este elohim es identificado como el Mesías en Hebreos 1:8-9.

 

Génesis 12:1-3 1 Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2 Haré de ti una nación grande, te bendeciré, engrandeceré tu nombre y serás bendición. 3 Bendeciré a los que te bendigan, y a los que te maldigan maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. (RV)

 

En primer lugar, Abraham tuvo que probar su voluntad de obedecer a Dios, y también demostrar que confiaba en que Dios cumpliría Sus promesas. Abraham tendría que caminar en forma intachable ante Dios y Dios luego haría Su pacto con él y sus descendientes. Caminar de forma intachable ante  Dios significa observar las Leyes de Dios. Las Leyes de Dios provienen de Su naturaleza misma y, por lo tanto, no son variables. Esta ley es expresada en los mandamientos que fueron dados a Israel en Sinaí pero que precedieron a esa actividad por mucho (vea el artículo La Distinción en la Ley [096]).

 

Génesis 17:1-8 1 Abram tenía noventa y nueve años de edad cuando se le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso. Anda delante de mí y sé perfecto. 2 Yo haré un pacto contigo y te multiplicaré en gran manera. 3 Entonces Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él, diciendo: 4 Este es mi pacto contigo: serás padre de muchedumbre de gentes. 5 No te llamarás más Abram, sino que tu nombre será Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes. 6 Te multiplicaré en gran manera, y de ti saldrán naciones y reyes. 7 Estableceré un pacto contigo y con tu descendencia después de ti, de generación en generación: un pacto perpetuo, para ser tu Dios y el de tu descendencia después de ti. 8 Te daré a ti y a tu descendencia después de ti la tierra en que habitas, toda la tierra de Canaán, en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos. (RV)

 

Esto establece la línea básica y los versículos 7 y 8 son el punto focal del pacto.

 

El Ángel de Dios o Yahovah (Jehová), quien entendemos fue Jesucristo, probó a Abraham para ver si él permanecería leal a Dios.

 

Génesis 22:1-18 1 Aconteció después de estas cosas, que Dios probó a Abraham. Le dijo: Abraham. Este respondió: Aquí estoy. 2 Y Dios le dijo: Toma ahora a tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, vete a tierra de Moriah y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré. 3 Abraham se levantó muy de mañana, ensilló su asno, tomó consigo a dos de sus siervos y a Isaac, su hijo. Después cortó leña para el holocausto, se levantó y fue al lugar que Dios le había dicho. 4 Al tercer día alzó Abraham sus ojos y vio de lejos el lugar. 5 Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno. Yo y el muchacho iremos hasta allá, adoraremos y volveremos a vosotros. 6 Tomó Abraham la leña del holocausto y la puso sobre Isaac, su hijo; luego tomó en su mano el fuego y el cuchillo y se fueron los dos juntos. 7 Después dijo Isaac a Abraham, su padre: Padre mío. Él respondió: Aquí estoy, hijo mío. Isaac le dijo: Tenemos el fuego y la leña, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto? 8 Abraham respondió: Dios proveerá el cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos. 9 Cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, compuso la leña, ató a Isaac, su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña. 10 Extendió luego Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. 11 Entonces el ángel de Jehová lo llamó desde el cielo: ¡Abraham, Abraham! Él respondió: Aquí estoy. 12 El ángel le dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho ni le hagas nada, pues ya sé que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste a tu hijo, tu único hijo. 13 Entonces alzó Abraham sus ojos y vio a sus espaldas un carnero trabado por los cuernos en un zarzal; fue Abraham, tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. 14 Y llamó Abraham a aquel lugar Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto. 15 Llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo, 16 y le dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto y no me has rehusado a tu hijo, tu único hijo, 17 de cierto te bendeciré y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; tu descendencia se adueñará de las puertas de sus enemigos. 18 En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz. (RV)

 

Dios sabía cuál sería el resultado. Él probó a Abraham para que Abraham supiese lo que sería. Abraham fue leal a Dios obedeciendo Su voz (El Ángel de Yah[o]vah) y Dios le dio validez otra vez a Su pacto.

 

Hebreos 6:13-18 13 Cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo 14 diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente. 15 Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa. 16 Los hombres ciertamente juran por uno mayor que ellos, y para ellos el fin de toda controversia es el juramento para confirmación. 17 Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento, 18 para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. (RV)

 

El pacto comprendía un propósito o finalidad inalterable y dos elementos también inalterables. Los puntos principales del pacto son:

 

La obediencia a la voluntad de Dios – "anda en mí presencia y sé perfecto", lo cual es observar los mandamientos de Dios (Gén. 12:1; 17:1; 26:5).

 

Las promesas de Dios son:

 

·        Los descendientes de Abraham serían multiplicados grandemente (Gén. 12:2; 7:5-6; 22:17).

 

·        Dios bendeciría a Abraham y haría su nombre grande (Gén. 12:2; 17:6).

 

·        A través de Abraham, todas las naciones serían benditas (Gén. 12:3).

 

·        Recibirían una patria bendecida por siempre (Gén. 17:8).

 

Este pacto fue extendido a Isaac y a sus herederos (Gén. 17:19; 26:1-5; 26:24).

 

Génesis 17:19 Respondió Dios: Ciertamente Sara, tu mujer, te dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Isaac. Confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo para sus descendientes después de él. (RV)

 

Génesis 26:1-5 1 En aquel tiempo hubo hambre en la tierra además de la primera que hubo en los días de Abraham, y se fue Isaac a Gerar, adonde estaba Abimelec, rey de los filisteos. 2 Allí se le apareció Jehová, y le dijo: No desciendas a Egipto; habita en la tierra que yo te diré. 3 Habita como forastero en esta tierra. Yo estaré contigo y te bendeciré, porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras y confirmaré el juramento que hice a Abraham, tu padre. 4 Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y daré a tu descendencia todas estas tierras, y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente, 5 por cuanto oyó Abraham mi voz y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes. (RV)

 

Génesis 26:24 Aquella noche se le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios de tu padre Abraham. No temas, porque yo estoy contigo. Te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia por amor de Abraham, mi siervo. (RV)

 

El pacto fue luego extendido a Jacob.

 

Génesis 28:13-15 13 Jehová estaba en lo alto de ella y dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham, tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. 14 Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente, 15 pues yo estoy contigo, te guardaré dondequiera que vayas y volveré a traerte a esta tierra, porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho. (RV)

 

Hay llaves importantes para comprender los significados espirituales más profundos dentro de la Biblia. En este tema, hay tales llaves. El principio principal es que Dios ha establecido una relación en El Ejército, lo cual se refleja en la familia de Abraham. Abraham, como patriarca, refleja la posición de Dios el Padre, y de quien vino El Ejército. Isaac es un tipo de Jesucristo y Jacob es un tipo de todos los santos que vencen sus pecados carnales humanos y, caminando según los modos de Dios, se convierten en hijos de Dios formando parte de la primera resurrección. Esau es un tipo de aquellos que, aunque con derecho de primogenitura, reniegan de éste y por lo tanto Dios reniega de ellos y son, por consiguiente, parte de la segunda resurrección. Este tipo / antitipo se vio primeramente en las generaciones de Adán hasta Enoc. El derecho de asumir el control de la creación surge de la obediencia hallada en la línea de Set. El linaje de Caín refleja la creación caída y a causa de la cual el mundo que entonces era habría de ser destruido. Este proceso se ve nuevamente en la simiente de Abraham (vea el escrito La Doctrina del Pecado Original, Parte 2: Las Generaciones de Adán [248]).

 

El pacto fue luego extendido desde Abraham a través de Isaac y Jacob (quien fue re-nombrado como Israel) a los descendientes de Jacob, toda la nación de Israel. El resto del libro de Génesis trata de la vida de Jacob, su familia y las circunstancias, que condujeran a Israel a ser una nación en cautiverio de los egipcios. Lea estos capítulos con esas llaves en mente, recordando que cada acontecimiento tiene significados espirituales profundos, con lecciones por aprender. Desde este punto vemos que el pacto fue establecido con Israel como un pueblo físico.

 

Dios conoce las dificultades de Su pueblo y, sin olvidar jamás Su pacto, promete restaurarlos a su  propia tierra.

 

Éxodo 6:5-7 5 Asimismo yo he oído el gemido de los hijos de Israel, a quienes hacen servir los egipcios, y me he acordado de mi pacto. 6 Por tanto, dirás a los hijos de Israel: "Yo soy Jehová. Yo os sacaré de debajo de las pesadas tareas de Egipto, os libraré de su servidumbre y os redimiré con brazo extendido y con gran justicia. 7 Os tomaré como mi pueblo y seré vuestro Dios. Así sabréis que yo soy Jehová, vuestro Dios, que os sacó de debajo de las pesadas tareas de Egipto. (RV)

 

El relato del Éxodo ha sido tratado en detalle en los diversos escritos sobre Moisés, el Éxodo, la Pascua y los Panes sin Levadura (vea los escritos Moisés y los Dioses de Egipto [105], La Pascua [098] y Las Siete Grandes Pascuas de la Biblia [107]).

 

Esto nos lleva al punto en que Dios re-afirma Su pacto con Su pueblo a través del Ángel de Dios que le proporcionó los Diez Mandamientos a Moisés. En ese momento, Moisés también recibió todos los estatutos y las ordenanzas por las cuales gobernar a la nación de Israel. Y Moisés explicó estas leyes al pueblo, que aceptó el pacto.

 

Éxodo 24:3 Moisés fue y le contó al pueblo todas las palabras de Jehová, y todas las leyes. Y todo el pueblo respondió a una voz: Cumpliremos todas las palabras que Jehová ha dicho. (RV)

 

El Pacto con Israel

 

El pacto no fue hecho con Israel porque Israel fuese justo. Se hizo porque Dios era justo y las naciones eran perversas. Dios honra Sus promesas y el propósito del pacto es enfatizado repetidamente.

 

La promesa a Abraham fue continuada a través de Isaac. Luego el pacto con Israel fue extendido a su progenie que se convirtió en la nación de Israel, siendo nombrada según él. El nombre Israel se deriva de los términos hebreos que significan, él mandará como Dios (El). Este nombre refleja el  propósito final del pacto de Dios. Los elegidos mandarán como elohim (vea el escrito Los Elegidos como Elohim [001]). Esto se comprende más cabalmente por Zacarías 12:8. Éste era el entendimiento común de la iglesia primitiva (vea esp. Irenaeus, Adv. Her.).

 

Zacarías 12:8 En aquel día el Señor defenderá a los habitantes de Jerusalén; Y él que es débil entre ellos en aquel día será como David; Y la casa de David será como Dios, como el ángel del Señor al frente de ellos. (KJV)

 

Zacarías 12:8 En aquel día Jehová defenderá al habitante de Jerusalén; el que entre ellos sea débil, en aquel tiempo será como David, y la casa de David será como Dios, como el ángel de Jehová que va delante de ellos. (RV)

 

Éste es el tiempo del fin. Debe notarse que la intención de la KJV al frente de ellos quiere decir a su cabeza (RSV). El Mesías es el ser a la cabeza de los elegidos.

 

La razón para la implementación del pacto es explicada en Deuteronomio 9:4-5.

 

Deuteronomio 9:4-5 4 Cuando Jehová, tu Dios, los haya echado de delante de ti, no digas en tu corazón: "Por mi justicia me ha traído Jehová a poseer esta tierra", pues por la impiedad de estas naciones Jehová las arroja de delante de ti. 5 No por tu justicia ni por la rectitud de tu corazón entras a poseer la tierra de ellos, sino por la impiedad de estas naciones Jehová, tu Dios, las arroja de delante de ti, y para confirmar la palabra que Jehová juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob. (RV)

 

Así las naciones que eran perversas debían ser vencidas y la regencia vendría a través del Mesías y los elegidos como Israel (vea a Dan. 2:1 y sig.).

 

Los puntos principales del pacto con el pueblo son:

 

·        Él sería su Dios y ellos serían Su pueblo.

 

·        Serían Su especial tesoro o pueblo por sobre todos los pueblos (Éxodo 19:5; Deut. 4:29).

 

·        Serían un pueblo santo, justo (Deut. 6:25; 7:6; 10:15; 14:2,21, 26:18-19; 32:9; 1Reyes 8:53; Salmo 33:12;  135:4; Isaías 41:8; 43:1; Jeremías 10:16).

 

·        Observarían Sus mandamientos.

 

Deuteronomio 26:18-19 18 Y Jehová ha declarado hoy que tú eres pueblo suyo, de su exclusiva posesión, como te lo ha prometido, para que guardes todos sus mandamientos; 19 a fin de exaltarte sobre todas las naciones que hizo, para loor, fama y gloria, y para que seas un pueblo consagrado a Jehová, tu Dios, como él ha dicho. (RV)

 

·        Dios les daría una patria para siempre (Deut.  4:1; 6:25; 8:7-10; 11:9-12; 30:20).

 

Dios esperaba obediencia que traería bendición sobre Su pueblo (Deut. 6:2-3). Los que observaron los mandamientos vivieron a través de los 40 años en el desierto (Deut. 4:4). Ver también Deuteronomio 6:24; 30:15-16; 19:20; 32:47 y Salmo 119.

 

Israel debió ser el ejemplo para todas las naciones. Estas verían su sabiduría y comprensión y entonces alabarían y honrarían a Dios también (vea a Deut. 4:6-8; 6:25; 26:19). Esta sabiduría era notoria sólo en tanto Israel obedeciera a Dios. La obediencia a Su ley consolidaba sus pensamientos (Salmo 119:1 et seq.; Proverbios 16:3). Israel debió ser la luz de salvación para los Gentiles (Salmo 67:1-3; 117:1-2).

 

El tiempo en el desierto, conducidos por el Ángel de Dios, era para doblegarlos y probarlos. Los 40 años en el desierto prefiguran el tiempo de vida en el que nos empeñamos en vencer y vivir de acuerdo con cada palabra de Dios a fin de que podamos entrar en el Reino de Dios en la primera resurrección. Ese período también prefigura a la Iglesia en el desierto por 40 Jubileos. El Éxodo fue un tiempo en él que quedó en evidencia si obedecerían fielmente a Dios. De hecho, la mayoría no lo hizo y, en realidad, sólo sus niños entraron en la tierra prometida (Josué 5:6-7).

 

Los mandamientos debían ser observados. Esto se repite una y otra vez. Debemos vivir de acuerdo con cada palabra de Dios (Deut. 30:15-20; 32:46-47). Esto fue extendido y repetido desde el tiempo de Cristo (Mateo 4:4). Los mandamientos de Dios y el testimonio o fe de Jesucristo se ven como el factor determinante para que los santos sean parte del pacto (Apo. 12:17; 14:12). La ley sacrificatoria fue integral a la ley (vea Éxodo 20 hasta 34). La ley sacrificatoria señalaba hacia el Mesías y fue cumplida en él. La ley no fue abolida por este acto. La secuencia del sistema de culto no fue alterada. El simbolismo meramente tomó otro significado.

 

Israel fue incapaz de mantener su acuerdo con Dios. La mayoría de ellos fracasó en el desierto. No creyeron ni obedecieron a Dios. No tuvieron fe en Dios. Su castigo fue que se los dejó morir y sus hijos entraron a la tierra prometida. Leyendo la narración Bíblica vemos que toda la historia de Israel en el Antiguo Testamento habla de períodos de bendiciones mientras eran obedientes y períodos de desastre, cautividad y opresión cuando se volvían a dioses foráneos y no eran obedientes a los mandamientos de Dios. Esto ha sido registrado en la Biblia a fin de que podamos aprender de estos ejemplos.

 

Entendiendo lo que Dios estaba haciendo con Israel, podemos desarrollar nuestra fe y podremos comprender que debemos hacer para entrar a la tierra prometida (la vida eterna en el Reino de Dios). La mayor parte de Israel cayó en el desierto a causa de su desobediencia (Hebreos 3:16-19). A ellos les predicaron el evangelio, pero les faltó fe (Heb. 4:12). La promesa del pacto aún perdura, por lo tanto el pacto aún no se ha cumplido (Heb. 4:1,8).

 

Hebreos 8:7 nos dice que el primer pacto no era sin defecto.

 

Hebreos 8:7 Si aquel primer pacto hubiera sido sin defecto, ciertamente no se habría procurado lugar para el segundo, (RV)

 

Este segundo pacto o deuteros (DGS 1208) era segundo en lugar, tiempo, o jerarquía. Siguió al primer o protos (DGS 4413) pacto. Esto tiene el significado de un pacto ante todo en el tiempo, lugar, orden o importancia. El concepto aquí no es de disminuir la importancia del primer pacto.

 

No era que el pacto no fuese perfecto sino que el pueblo no fue capaz de observarlo porque el Espíritu Santo de Dios no les había sido hecho disponible. Dios sabía que fallarían.

 

Deuteronomio 31:19-2119 Ahora pues, escribe este cántico y enséñalo a los hijos de Israel; ponlo en su boca, para que este cántico me sirva de testigo contra los hijos de Israel. 20 Porque cuando yo los introduzca en la tierra que juré a sus padres, la cual fluye leche y miel, comerán hasta saciarse, y engordarán, se volverán a dioses ajenos y los servirán, me enojarán e invalidarán mi pacto. 21 Y cuando les vengan muchos males y angustias, entonces este cántico servirá de testigo contra él, pues será recordado por boca de sus descendientes; porque yo conozco lo que se proponen de antemano, antes que los introduzca en la tierra que juré darles. (RV)

 

Sin embargo, como ya se ha afirmado, sirve de ejemplo a los llamados. Muestra qué tan serio es nuestro llamado, e indica lo que se espera de nosotros (1Cor.  10:5-6;  1Pedro 1:10-12). También muestra las consecuencias de la desobediencia.

 

Hebreos 12:25 Mirad que no desechéis al que habla, pues si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desechamos al que amonesta desde los cielos. (RV)

 

Hebreos 2:3 ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, (RV)

 

El Nuevo Pacto

 

Dios predijo la llegada del Nuevo Pacto a través de Sus sirvientes los profetas. La llegada del Mesías y la restauración de Israel fueron predichas en Isaías desde 11:1 hasta 12:6. El regreso del exilio también es predicho en Jeremías 30:1-24. En los últimos días la actividad y el propósito serán comprendidos. El texto refiere tanto a Israel como a Judá, y concierne a la restauración bajo un Nuevo Pacto. Judá al final es convertido como parte de los elegidos a fin de que los elegidos y la ciudad de Jerusalén no se exalten frente a Judá (Zacarías 12:7). El regreso a Israel de forma permanente fue predicho.

 

Jeremías 31:31-40 31 Vienen días, dice Jehová, en los cuales haré un nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. 32 No como el pacto que hice con sus padres el día en que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. 33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Pondré mi ley en su mente y la escribiré en su corazón; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. 34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: "Conoce a Jehová", porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová. Porque perdonaré la maldad de ellos y no me acordaré más de su pecado. 35 Así ha dicho Jehová, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que agita el mar y braman sus olas; Jehová de los ejércitos es su nombre: 36 Si llegaran a faltar estas leyes delante de mí, dice Jehová, también faltaría la descendencia de Israel, y dejaría de ser para siempre una nación delante de mí. 37 Así ha dicho Jehová: Si se pudieran medir los cielos arriba y explorar abajo los fundamentos de la tierra, también yo desecharía toda la descendencia de Israel  por todo lo que hicieron, dice Jehová. 38 Vienen días, dice Jehová, en que la ciudad será edificada a Jehová, desde la torre de Hananeel hasta la puerta del Ángulo. 39 El cordel de medir saldrá en línea recta hasta el collado de Gareb, y luego girará hacia Goa. 40 Todo el valle de los cadáveres y de la ceniza, y todos los campos hasta el arroyo Cedrón, hasta la esquina de la puerta de los Caballos al oriente, serán santos a Jehová. Nunca volverán a ser arrasados ni jamás serán destruidos. (RV)

 

Aquí el Nuevo Pacto muestra una distinción fundamental entre el primer y segundo pacto. El segundo pacto es escrito en los corazones y las mentes de la gente a fin de que la ley pueda ser observada por el pueblo sin asistencia y sin falla. No elimina la ley, meramente perfecciona la aplicación de ella dentro de los individuos para que puedan ejecutar la voluntad de Dios a través de Su ley. Esta aptitud y Nuevo Pacto involucra a Judá antes de la reconstrucción de Jerusalén, la cual es la marca del fin de la secuencia. Por lo tanto, la restauración de Israel no estará completada hasta la introducción de Judá al Nuevo Pacto. La palabra para el Nuevo Pacto en Jeremías es DHS 2319 chadash, que significa fresco o una innovación que es derivada de DHS 2318 chadash la raíz primigenia de para ser nueva, significando para ocasionar reconstrucción, significando para renovar o reparar. Así Dios renueva Su pacto con la nación pero lo renueva o lo restaura a fin de que pueda ser mantenido desde el corazón a través de la intervención del Mesías. El pacto, sin embargo, todavía es con Israel como vemos. La enseñanza moderna de que el Nuevo Pacto elimina la ley de Dios simplemente malinterpreta la naturaleza de los pactos y la actividad de Dios. Los que disminuyen la ley aunque sea en mínima forma y enseñen así a los hombres serán contados los más pequeños en el Reino de Dios.

 

Mateo 5:17-20 17 No penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas;  no he venido a abolir, sino a cumplir, 18 porque de cierto os digo que antes que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde  pasará de la Ley, hasta que todo se haya cumplido. 19 De manera que cualquiera que quebrante  uno de estos mandamientos muy pequeños y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; pero cualquiera que los cumpla y los enseñe, este será llamado grande en el reino de los cielos. 20 Por tanto, os digo que si vuestra justicia  no fuera mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. (RV)

 

Hasta que el cielo y la tierra pasen, la ley de Dios perdurará y será enseñada e implementada por Jesucristo y sus discípulos verdaderos. La medida de un maestro o profeta es según cómo habla con respecto a la ley y al testimonio. Si no hablan según la ley y el testimonio, no hay luz ni amanecer en ellos (Isaías 8:20) - el lucero de la mañana no está en ellos (2Pedro 1:19). El pacto de Dios todavía perdura y se cumplirá. Se volverá integral a todos.

 

Hebreos 8:10  Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días-dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré; y seré a ellos por Dios y ellos me serán a mí por pueblo. (RV)

 

Hebreos cita así a Jeremías. Hebreos muestra que el Nuevo Pacto tiene mejores promesas.

 

Hebreos 8:6 Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. (RV)

 

El Viejo Pacto fue físico y el Nuevo Pacto es espiritual, pero no obstante basado en las mismas leyes y principios. Dios promete o explica las siguientes cosas:

 

Él sería su Dios y ellos serían Su pueblo.

 

Dios entonces trataba con la nación física de Israel. Ahora trata con la nación espiritual de Israel. Todos los que buscan hacer la voluntad de Dios y son bautizados se convierten en parte del Israel espiritual. Es la Iglesia la que ahora es Israel, es decir, la Iglesia que observa todas las leyes y mandamientos de Dios. Son las personas que pasan por el camino angosto y puerta estrecha. Son pocas las personas que lo encuentran (Mateo 7:13-14). Por lo tanto, Dios trata con pocos, no con muchos sobre este punto y en este tiempo.

 

Mateo 7:13-14 13 Entrad por la puerta angosta, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; 14 pero angosta es la puerta y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. (RV)

 

Dios les daría una patria para siempre.

 

Los Cristianos hoy recibirán vida eterna en el Reino de Dios. La medida de la capacidad para recibir vida eterna se basa en el conocimiento del único y verdadero Dios y Su hijo Jesucristo a quien Él envió (Juan 17:3; 1Juan 5:20).

 

La obediencia traería bendiciones.

 

Los Cristianos deben vivir de acuerdo a cada palabra de Dios.

 

Mateo 4:4 Él respondió y dijo: Escrito está: "No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios". (RV)

 

Deben guardar los Mandamientos.

 

Juan 14:15 Si me amáis, guardad mis mandamientos. (RV)

 

Recuerde que Dios entregó Sus mandamientos a Moisés a través del Ángel de Yahovah quien más tarde se convirtió en Cristo. Los santos son los que observan los mandamientos de Dios (Apo. 12:17; 14:12).

 

Serán una bendición para las naciones.

 

La salvación vendrá a todos los pueblos a través del ejemplo y enseñanza de las personas de Dios que predican la verdad (Hechos 10:34-35; 13:46-47; Mateo 5:14). Dios no hace distinción de personas – todos los que Le temen y viven de acuerdo a Su palabra son aceptables para Él y nosotros debemos ser la luz del mundo.

 

Hechos 13:47  porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: "Te he puesto para luz de los gentiles, a fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra" (RV)

 

Cristo prueba la fidelidad de los Cristianos (Romanos 8:27; Apo. 2:23).

 

Nuestra fe es probada por fuego (1Pedro 1:7). Debemos ser santos (1Pedro 1:15-16); Estamos bajo juicio ahora (1Pedro 4:17) y estamos siendo castigados y disciplinados para que podemos heredar el pacto (Hebreos 12:1-10).

 

De nosotros se requiere que guardemos la Ley (Mateo 5:17-18; Hechos 24:14; Romanos 2:13; 3:31; 7:12). Esta ley es la ley perfecta de la libertad por la cual somos juzgados (Santiago 1:25; 2:12).

 

Santiago 1:25 Pero el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo sino hacedor de la obra, este será bienaventurado en lo que hace. (RV)

 

Toda la ley perdura, no sólo parte de ella.

 

Santiago 2:8-12 8 Si en verdad cumplís la Ley suprema, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis; 9 pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado y quedáis convictos por la Ley como transgresores, 10 porque cualquiera que guarde toda la Ley, pero ofenda en un punto, se hace culpable de todos, 11 pues el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la Ley. 12 Así hablad y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad, (RV)

 

Los niveles de la ley consisten en acepción de personas también pues toda la ley puede ser quebrantada en este nivel. La complejidad del tema en términos del Espíritu Santo requiere explicación. Los que enseñan que la ley fue abolida parecen no haber entendido siquiera los fundamentos del Nuevo Pacto. Los comentarios de Pablo son absolutamente mal interpretados y tergiversados en relación a la ley (vea el escrito Las Obras de la Ley o MMT [104]).

 

Por lo tanto el pacto aún perdura, y no ha sido mayormente alterado, pero ¿cuál es la diferencia real entre el Antiguo y el Nuevo? Es el Espíritu Santo. Los israelitas del Antiguo Testamento fracasaron porque no tenían el Espíritu Santo. No fueron convertidos. Cristo le dijo a Pedro antes de su muerte en Lucas 22:32 que cuando él fuese convertido debía fortalecer a sus hermanos. Cristo supo que no se convertirían hasta que recibiesen al Espíritu Santo en el Pentecostés. Ésta es la diferencia importante. Cristo dijo que debíamos arrepentirnos y bautizarnos. Después del bautismo, y a solicitud, simbolizado por la imposición de manos, el Espíritu Santo es dado y la ley es inscripta en nuestros corazones. A partir de entonces podemos comenzar a vencer nuestras debilidades y desarrollar nuestra fe y nuestro conocimiento de Dios y Cristo. Continuamos creciendo en el conocimiento y la comprensión de la ley y la forma en que debemos vivir y adorar a Dios.

 

Por los requerimientos de Juan 17:3 y 1Juan 5:20, se comprende que para calificar para el pacto y la vida eterna por medio del primer mandamiento se debe entender que Jesucristo no es el único Dios verdadero sino más bien Su hijo enviado por Él. Por lo tanto, el Trinitarianismo y su compañero el Binitarianismo son violaciones del primer mandamiento y lo descalifican a uno para el Reino de Dios. Muy pocos ciertamente en el siglo veinte heredarán el Nuevo Pacto y la vida eterna.

 

Israel Moderno

 

Los israelitas del Nuevo Pacto son los que se convierten en hijos de Dios a través de Jesucristo. El Israel moderno está constituido por los hijos de Abraham. Son los que hacen las obras de Abraham y oyen las palabras de Dios (Juan 8:39-47). No son los descendientes físicos los que son los hijos sino los descendientes espirituales. Dios puede levantarle hijos a Abraham aún de las piedras, como dijera Juan Bautista (Lucas 3:8). Los hijos de la promesa son contados como simiente (Romanos 9:6-8; Gálatas 3:7).

 

Romanos 9:6-8 6 No que la palabra de Dios haya fallado, porque no todos los que descienden de Israel son israelitas, 7 ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos suyos, sino: En Isaac te será llamada descendencia. 8 Esto es: no son hijos de Dios los hijos según la carne, sino que son contados como descendencia los hijos según la promesa

 

Cada uno es injertado al árbol de Israel (Romanos 11:17). Son injertados al árbol de Israel porque la promesa del pacto todavía le pertenece a Israel (Efesios 2:12). Estos hijos que hoy conforman Israel son la Iglesia (Romanos 4:14,17; 11:17; Juan 8:39-47; Gálatas 3:26-29; 6:16). También:

 

1Juan 5:1-5 1 Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró ama también al que ha sido engendrado por él. 2 En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios y guardamos sus mandamientos, 3 pues este es el amor a Dios: que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos, 4 porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. 5 ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? (RV)

 

En otras palabras, Israel es ahora una nación espiritual de personas, llamadas a salir por Dios y dadas a Cristo, quienes:

 

·        Se han arrepentido;

·        Fueron bautizadas;

·        Han recibido al Espíritu Santo;

·        Adoren al único Dios verdadero;

·        Obedezcan Sus mandamientos; Y

·        Crean que Cristo es Su hijo a quien Él envió (Juan 17:3).

 

Estos son aquellos a quienes los profetas hablaron y sirvieron en sus mensajes (1Pedro 2:12).

 

Es importante ver que el amor de Dios sólo está disponible en forma permanente para los que observan el pacto (Salmo 103:17-18; Salmo 25:10). Sin embargo, Dios recibirá a todos los que se arrepientan y sus pecados serán perdonados.

 

Nosotros ahora hemos visto lo que el pacto es y a quién se refiere. Se sabe que el pacto es un acuerdo de compromiso entre dos partes para llevar a cabo responsabilidades específicas. Las dos partes son Dios e Israel. Toda la Iglesia del Nuevo Testamento toma por designación su lugar como el Israel de Dios (Gálatas 6:16). Estos son los hijos de la promesa (Romanos 9:6-8). El pacto de Dios es la meta de la creación y el plan de salvación, tal como se expresa en la Sagrada Escritura.

 

Las Responsabilidades de Dios y de Israel

 

El amor de Dios es fiel y Él cumple Su pacto con los que Le aman y temen y guardan Su pacto (Salmo 103:17-18), y sus mandamientos (Salmo 33:17-18; 106:45; Nehemías 1:5; 9:32; Daniel 9:4; 1Reyes 8:23).

 

Él recibe a los que se arrepienten de su infidelidad pero condena al infiel (Romanos 3:3-8). Él envía redención y salvación (Salmo 111:9). Él protege a Su pueblo mientras lo conduce a su herencia (Salmo 5:11-12; 105:8-15).

 

Sus maneras son la misericordia y la verdad para los que observan Su pacto (Salmo 25:10). Él imparte la enseñanza, protege y perdona. Él es fiel y compasivo, pero se alejará de nosotros cuando somos infieles. Podemos refugiarnos en Su amor (Salmo 36:7). Su amistad es para los que los temen y les hace conocer Su pacto (Salmo 25:14). Así el pacto entero se basa en el temor a Dios.

 

Israel debe recordar lo que ha hecho Dios por ellos (Deut. 4:23,30-31; Salmo 77:5-15; Salmo 105). Deben permanecer fieles y dedicados, y con confianza y paciencia esperarle con acción de gracias (Salmo 26:1-3; 33:20-22; 92:2; 125:1-2) guardando siempre los mandamientos.

 

Para hacer esto es necesario estudiar la Biblia y orar y ayunar, desarrollando así una relación sólida con ambos Dios y Cristo, a fin de que se pueda crecer en el conocimiento, fe y amor hacia Dios y el prójimo.

 

Sólo manteniendo el pacto con Dios podremos entender el Plan de Salvación, porque el plan sólo es revelado a los que permanecen dentro de ese pacto. Como dijimos previamente, hacemos el acuerdo arrepintiéndonos de nuestras anteriores formas y volviendo a Dios, siendo bautizados (Marcos 16:16). Luego recibimos al Espíritu Santo a través de la oración, simbolizado por la imposición de manos por un anciano de Dios. Somos probados por fuego y sacrificios y luego somos congregados a Dios bajo el pacto (Salmo 50:5).

 

Salmos 50:3-6 3 Vendrá nuestro Dios y no callará; fuego consumirá delante de él y tempestad poderosa lo rodeará. 4 Convocará a los cielos de arriba y a la tierra, para juzgar a su pueblo. 5 Juntadme mis santos, los que hicieron conmigo pacto con sacrificio. 6 ¡Los cielos declararán su justicia,  porque Dios es el juez! [Selah] (RV)

 

Estos son el korban de las fiestas. Son los elegidos de los 144.000 (vea el escrito Las Cosechas de Dios, los Sacrificios de las Lunas Nuevas y los 144,000 [120]). Los elegidos son perseguidos por su compromiso para con el pacto (Apo. 12:17; 14:12). Forman parte de un ejército, el cual está destinado al derrocamiento y la subyugación de los poderes espirituales que rigen las naciones del planeta. Los elegidos poseen el poder de derribar fortalezas.

 

A través del sacrificio de Cristo (la Pascua), la supresión del pecado (los Panes sin Levadura) y la recepción del Espíritu Santo (el Pentecostés), podemos ser reconciliados con Dios como Sus primeros frutos. Al regreso de Cristo (las Trompetas), seremos parte de la primera resurrección. Cristo y los elegidos son reconciliados con Dios desde su ascensión. Las naciones serán reconciliadas con Dios cuando Satanás será recluido durante el Milenio (simbolizado por Expiación). Cristo y los elegidos, usando el Espíritu Santo, le enseñan a todas las naciones cómo vivir dentro del pacto durante el Milenio (la Fiesta de los Tabernáculos).

 

Al final del Milenio, todos los que no han tenido la oportunidad previamente serán resucitados (la segunda resurrección) y a su vez instruidos en los requisitos del pacto y finalmente también recibirán la vida eterna (Último Gran Días o El Juicio del Gran Trono Blanco).

 

Hay escritos de estudio acerca de cada uno de estos días santos de Dios que explican su significado y cómo deberían ser observados.

 

¿Qué ocurre con aquellos que no respetan el pacto de Dios? Este grupo se divide en dos clases. Los, como Esaú, que tuvieron la oportunidad pero la rechazaron, y los que nunca tuvieron oportunidad de conocer a Cristo.

 

Ninguno de estos dos grupos integra la primera resurrección que es la mejor resurrección (Hebreos 11:35 KJV; Apo. 20:6), pero todos son resucitados al final del Milenio y a todos se les enseñará la verdad. Todos recibirán la oportunidad de vivir según la voluntad de Dios.

 

Se dejará morir a los que continúen rechazando a Dios y sus cuerpos serán quemados. Sin embargo, es la voluntad de Dios que ninguno se pierda (2Pedro 3:9) así que parecería que al final, la mayoría se arrepentirá y recibirá la vida eterna, la cual es la meta suprema del Plan de Salvación.

 

El pacto de Dios comprende un número de aspectos. El pacto es asignado a la nación de Israel como los elegidos. También tiene aspectos de autoridad y control basados en conceptos bélicos. Esta guerra es espiritual.

 

Hay por lo tanto un sin número de materias inter-relacionadas con la elección. Todo el tema guarda relación con la batalla entre las fuerzas del Ejército. El tema primordial es, luego, quienes gobernarán y cómo gobernarán quienes dominen.

 

La Autoridad

 

El pacto de Dios con David y sus descendientes guardaba relación con el trono y fue establecido para siempre. La autoridad fue establecida en Israel bajo Mesías en el trono de David (Salmo 89:3-4). Salmo 89:5-7 demuestra que esta autoridad se extiende al concilio del Ejército Santo. Esta autoridad y linaje son espirituales (Apo. 5:9-10). Este linaje subsiste por siempre (Salmo 89:19 y sig.). David es el primero de un linaje del pacto que permanece por siempre (Salmo 89:28). Se basa en la obediencia a los mandamientos de Dios, Sus leyes y Sus ordenanzas (Salmo 89:30-32). La violación de la ley ocasiona castigo pero eso no anula el pacto que Dios ha prometido (Salmo 89:33-37). A partir de este texto se concluye, que el Mesías no puede heredar el trono de David repudiando los términos del pacto, el cual estableció el trono en el linaje de David. Esto se extiende a todos los elegidos, el grupo familiar de David, quienes buscan el sacerdocio y la monarquía como elohim (Zacarías 12:8).

 

La meta primaria del pacto era la elección de Israel en un ejército como los hijos de Dios. Esto será examinado en parte 2.

 

Es importante comprender que la mayor parte de las naciones del mundo en este tiempo no escuchan a Dios. No aceptan la Biblia como Su palabra inspirada y no siguen las enseñanzas y el ejemplo de Cristo. No aceptarán el pacto de Dios. Por este hecho, Dios castigará a los pueblos de la tierra. Él demandará su arrepentimiento y castigará a los que no se arrepientan. Esto es logrado liberando, de la restricción impuesta a ellos, a los ángeles que se rebelaron por la creación del género humano en primer lugar. Muchas de las profecías bíblicas relatan los desastres del tiempo del fin - guerras,  terremotos, pestilencia, hambrunas, etcétera, originados por la rebeldía de la humanidad frente a las leyes de Dios. Si las naciones se arrepintiesen, estos podrían ser evitados, pero las profecías nos dicen que la humanidad no se arrepiente y que casi destruirá esta tierra. Cristo vendrá pronto a salvar a su pueblo, los santos. Estos son los que han guardado los mandamientos de Dios y el testimonio del Mesías (Apo. 12:17; 14:12). Para efectuar esta conquista Dios requiere un ejército compuesto por los nuevos hijos de Dios. Ya veremos en que consiste esta elección. ¿Será usted uno de ellos?

 

Parte 2 - El Ejército de Dios

 

En la 1ª parte vimos que la Iglesia es el elemento de Israel que llamamos el Israel espiritual. Ciertamente la nación de Israel no es ya un concepto físico tan solo. Este aspecto cambió a partir de la encarnación y la resurrección del Mesías. El concepto del objetivo y responsabilidad de Israel también cambiaron con esas reestructuraciones espirituales. Para entender el artículo de Israel en los últimos días debemos entender cuál fue el artículo de Israel cuando fue establecido en una primera instancia bajo Aarón y Moisés.

 

Éxodo 6:26 demuestra que Aarón y Moisés fueron instruidos para sacar a Israel de Egipto conforme a sus ejércitos. La palabra es DHS 6635 y es la misma que es usada a lo largo del Pentateuco, a saber tsaba. Esto quiere decir una masa de personas y está especialmente reconocida como organizada para la guerra. Esta palabra es también usada para el Ejército. El uso del término es sumamente distintivo y quizá curioso. Tsaba es usado a lo largo del Pentateuco y nuevamente en los Salmos (Salmo 44:9; 60:10; 68:12) y también en Isaías 34:2. La forma singular es usada en 1Crónicas 20:1; 27:34; 2Crónicas 25:7; 26:13. El libro de 1Samuel usa un término completamente distinto con sus derivados, a saber DHS 4630; ma'arah que significa un lugar abierto e implica un ejército (del marg.); 4634 ma'arakah cuyo significado es un ordenamiento o pila, por lo tanto, un orden  militar, por lo tanto, un ejército ordenado o concentrado; 4264 machaneh significa un campamento (de viajeros o tropas). En 2Reyes y 1Crónicas se usa DHS 2428 chayil cuyo significado es una fuerza ya sea de hombres, medios u otros recursos, por lo tanto, también bienes, riqueza, virtud, valor, fuerza y, en Job 25:3, es usada DHS 1416 geduwd usado para gentío, especialmente soldados pero también ladrones y la forma singular es usada en 2Crónicas 25:9,10,13. Cantares 6:13 usa a DHS 4264 machaneh.

 

El Pentateuco usa la forma singular de DHS 2428 en Éxodo 14:9 y Deuteronomio 11:4 como hace 1Samuel 17:21; 1Reyes 20:19,25; 2Reyes 25:5,10; 2Crónicas 13:3,14:8.

 

Parece que se hace una distinción entre los Ejércitos de Israel que son el tsaba o el Ejército de Dios y los ejércitos de las naciones. Un ejemplo puede verse de 2Crónicas 24:24 al referirse al ejército de los sirios usando DHS 2428 que significa una fuerza y 2Crónicas 26:13 usando tsaba. Esta distinción parecería se mantiene en Nehemías 2:9 y 4:2 al referirse a los ejércitos de Samaria. Los mismos términos son usados para los ejércitos de Babilonia (Jeremías 32:2; 34:1,7 etc.). El mismo término es constante a todo lo largo de Jeremías, Ezequiel, Daniel y Joel. La única diferencia se halla en Zacarías 9:8 que utiliza DHS 4675 matstsaba que quiere decir una guardia militar. El rey de Israel, Mesías, rodea su casa para protegerla.

 

La distinción da la apariencia de ser deliberada y continua. El ejército de Israel es una hueste bajo el Señor de los Ejércitos, Yahovah Sabaoth. Las fuerzas antagónicas son meramente esas fuerzas organizadas en contra de Israel como Su pueblo escogido bajo el Mesías.

 

El ejército de Israel fue sacado de Egipto como un ejército con el propósito expreso de que se diferenciara de las fuerzas de las naciones.

 

Desde este punto de vista podemos luego proceder a examinar lo que ocurre en la narrativa Bíblica entre Dios y el pueblo de Su pacto.

 

Como hemos visto, Israel salió de Egipto como el ejército de Dios (Éxodo 6:26; 7:4; 12:51). Fueron seleccionados y descritos como hombres de guerra (Josué 5:4-6). Todo los que fueron sacados de Egipto aun los hombres de guerra, murieron en el desierto. Por esta razón Josué circuncidó a Israel en Gilgal. Las personas que habían nacido en el desierto no habían sido circuncidadas hasta Gilgal. Así todos los hombres de 40 años para abajo fueron circuncidados en Gilgal como un ejército nuevo. Este significado guarda relación con la Iglesia y los cuarenta Jubileos en el desierto entre la Encarnación y el Advenimiento del Mesías. La historia de Josué y la caída de Jericó guarda relación con la caída de las naciones y las guerras de Apocalipsis (vea los estudios La Caída de Jericó [142], Los Siete Sellos [140] y Las Siete Trompetas [141]).http://www.logon.org/english/s/p140.html

 

Esta selección habría de continuar hasta el establecimiento del reinado bajo David. David sabía que Israel era el ejército del Dios viviente (1Sam. 17:26,36,45). David veía que peleaba por Dios en Su ejército y que Goliat de Gat y los filisteos habían desafiado a Dios (vea también el estudio David y Goliat [126]). La elección como el ejército de Dios quedó desde el principio y David se dio cuenta que era el ejército de Dios antes de ser rey cuando estaba bajo Saúl. Así que la elección no se limita al líder específicamente.

 

Los términos y la óptica continúan a todo lo largo de los profetas y las escrituras del Antiguo Testamento, tal como hemos visto.

 

La terminología es usada por el Mesías en el Nuevo Testamento. Cristo se vio comprometido en una guerra y utilizó esa terminología. Mateo 12:28-29 muestra esto.

 

Mateo 12:28-29 28 Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios, 29 pues ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no lo ata? Entonces podrá saquear su casa. (RV)

 

Cristo estaba en el proceso de despojar la casa del dios de este mundo. Pablo usó esta terminología también.

 

Colosenses 2:15 Y despojó a los principados y a las autoridades y los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. (RV)

 

El triunfo de Cristo así comenzó con la Crucifixión. De su éxito allí, se formó la Iglesia y empezó una nueva fase de la lucha. Ese proceso se extiende por los cuarenta Jubileos o dos mil años. Las batallas finales son las más grandes. La lucha es bosquejada en los imperios mencionados en Daniel 2. El Mesías es la piedra que finalmente destruye la última fase del imperio de los diez dedos del pie y establece su Reino por siempre (Daniel 2:34-35,42-45).

 

Las guerras del fin son relatadas detalladamente en el Apocalipsis (vea los artículos diversos). El Mesías usa las fuerzas de las naciones en contra de ellas mismas. Serán llevadas a Jerusalén para ser destruidas por su propio poder y armamento. Las armas y los armamentos bastarán para proveer de recursos a Israel durante el Milenio. Este proceso está descrito como el lagar de la ira de Dios. La secuencia de las guerras ha sido descrita separadamente (vea los artículos Los Últimos Treinta Años:La Batalla Final [219] y Las Grandes Líneas de la Cronología de la Era [272]).http://www.logon.org/english/s/p272.html

 

Asignados sobre las naciones están los hijos de Dios (Deut. 32:8, la Biblia de Jerusalén, el TM y, por lo tanto, la RV dicen los hijos de Israel según una alteración tardía, vea la LXX y PMM). Estos seres se rebelaron y sus poderes son también destruidos. Estos son los poderes que son despojados. Así, la guerra es espiritual y física - siendo en contra de Satanás y su reino. Satanás usa y manipula las naciones siendo el príncipe del poder del aire (Efesios 2:2).

 

Cristo, como el Ángel de Yahovah, seleccionó y entrenó un sistema administrativo de entre el Israel físico desde Sinaí. Él seleccionó y entrenó un sistema nuevo desde la Iglesia del Nuevo Testamento con la ordenación de los doce apóstoles, los 70, los 120, etcétera hasta los 144.000. Cada una de estas personas ha sido seleccionada por Dios y dada a Cristo para esta lucha.

 

Los Cristianos son por lo tanto llamados a ser parte del ejército de Dios. Recibieron poder sobre espíritus inmundos (Mateo 10:1). La guerra no es contra carne y sangre sino contra principados y contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes (Efesios 6:12). Esta guerra así requiere que nosotros testimoniemos y luchemos contra estos poderes. Los Cristianos tienen la obligación de hacerse oír en lo referente a la conducta de su sociedad.

 

Esta guerra no es desarrollada con armas carnales.

 

2Corintios 10:3-4 3 Aunque andamos en la carne, no militamos según la carne, 4 porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, (RV)

 

Nuestra batalla es una batalla de fe por la cual asimos la vida eterna (1Tim. 6:12). Así nuestro estatus es elevado mediante este proceso. Los elegidos son escogidos para ser soldados y para militar.

 

2Timoteo 2:3-4 3 Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. 4 Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. (RV)

 

La Preparación para la Batalla como el Ejército de Dios

 

Dios sólo lucharía para y con Israel si no estuviesen contaminados por la iniquidad y los poderes del mal. Por eso la nación debió ser santificada y limpiada de ídolos (Josué 7:11-13). Hubo así dos aspectos. La nación de Israel debió ser limpiada de idolatría o sería víctima de invasión.

 

El siguiente paso es que tuvieron que ser reconciliados con Dios y santificados por el proceso de sacrificio. Este sistema de sacrificio apuntaba al Mesías y él reemplazó el proceso sacrificatorio en la Iglesia. La Iglesia fue colocada en un nivel de responsabilidad de obediencia a la ley de Dios que resultó de la circuncisión del corazón (Deut. 30:6; Jeremías 4:4). Dios quiere obediencia y misericordia y no sacrificios (Oseas 6:6; Romanos 5:19; 6:16; 16:19,26), como Cristo aprendió obediencia por las cosas que él sufrió (Hebreos 5:8). Con este fin ofrecemos nuestros cuerpos como un sacrificio vivo (Romanos 12:1).

 

La dirección de Dios fue primordial en determinar las acciones de la nación en la guerra. Esto también tuvo que ver con las acciones de la nación en contra de sus propias tribus como fue el caso con Benjamín (Jueces 20:18). El rey también consultaba a Dios a través de los profetas o por el Urim (1Samuel 14:37; 23:2,4; 30:8). Dios contestaba a través de sueños, por el Urim o por los profetas, pero no contestaría si el rey o la nación estaban contaminados por la idolatría.

 

La nación era sola bajo Dios. Por esta razón la idolatría estaba prohibida. La formación de alianzas con otras naciones que fuesen idólatras meramente confundiría el tema de las actividades de Dios; Por lo tanto, tales alianzas se prohibieron por ser una traición al pacto y un pacto substituto (Éxodo 23:32; Deut. 7:2; Jueces 2:2-3; 2Reyes 16:7; Jeremías 22:9).

 

Los aliados de la nación eran las fuerzas de Dios sólo - así el Ejército angélico bajo Jesucristo que era el capitán de los ejércitos de Dios (Josué 5:14-15; Vea el estudio La Caída de Jericó [142])http://www.logon.org/english/s/p142.html. Los ángeles lucharon por Israel (Jueces 5:20; 2Crónicas 32:21; Daniel 10:13-14,20-21). Es de notar que a Daniel le fue dada la comprensión de que el conflicto duraría por un gran período de tiempo e incluiría al período conocido como los últimos días (Daniel 10:13-14).

 

Las fuerzas del mundo y el mal de sus sistemas deben ser vencidos y destruídos y reemplazados con justicia y rectitud por los hijos de Dios (Juan 16:33; Romanos 12:21; 1Juan 2:13; 4:4; 5:4). Este proceso de guerra fue puesto en movimiento a partir del Pentateuco y está implícito en el pacto condicional a las leyes de Dios.

 

Esta alianza es predicada en la comprensión de que Dios luchará por Israel con la Hueste si Israel es obediente (Deut. 7:2; Josué 1:2-9). Dios no quebrantará el pacto (Jueces 2:1-2).

 

Como Israel se extiende hasta y forma la Iglesia, esta condición incluye a la Iglesia. Así los argumentos antinomianos de la Cristiandad moderna pueden verse correctamente como un engaño Satánico para colocar a la Iglesia de Dios en quebrantamiento del pacto. Así la ficción del Nuevo Pacto eliminando al Viejo Pacto y deshaciéndose de los mandamientos de Dios es utilizada para obscurecer o destruir la comprensión del pacto de Dios.

 

Dios está comprometido en la destrucción del mal, comenzando con y desde Israel. Por lo tanto si Israel es subvertido por el mal, lo cual es considerado como una falta de conocimiento (Isaías 5:13), o confía en mentiras (Jeremías 13:24-25), Dios levantará a otros pueblos para destruir el poder de Israel y castigarlo (Isaías 63:10; Ezequiel 5:8-17; 35:3), conduciéndolo  a cautiverio y destruyendo el país (Jeremías 1:3; 13:19; 20:6; Ezequiel 12:11; 39:23; Amós 9:4). Él les advierte sobre esto desde el principio (Deut. 28:63-66). Este castigo es aplicado a todo el período de la profecía y se aplica a los días del fin y al Israel espiritual y física, si pecan (Amós 5:18-27; 7:7-17; Miqueas 1:3-4,16).

 

Asiría es la vara o martillo de Dios, el cual usa para raer a su pueblo y la tierra será cardos y espinas (Isaías 7:20-25). Dios usó a Asiría para el castigo a través de la profecía (Isaías 8:1-10). La tormenta de Asiría castigaría a Israel (Isaías 10:22; 28:4) y regiría sobre él (Oseas 11:5). Asiría dio paso a Babilonia que se convirtió en el martillo de la tierra entera (Jeremías 50:23). Nabucodonosor fue enviado para castigar a Israel y hacerlo desolado (Jeremías 5:15-17; 21:11-14; 27:6; 34:2,22; 43:10; Ezequiel 21:8-17). Aún, Babilonia misma sería quebrantada por la venganza de Su templo (Jeremías 50:23,28).

 

El sistema antiguo giraba alrededor del saqueo de la nación o de despojos de guerra ya fuera para Israel (Números 31:11-12; Deut. 20:14; Josué 22:8), o de Israel (Isaías 10:6; Ezequiel 7:21).

 

Dios habló a través de Isaías para mostrar a Israel que una confederación no funcionaría para frustrar Su propósito. Dios debía ser el objeto de temor reverente y culto (Isaías 8:12-14). Dios es un santuario pero se convirtió en  piedra de tropiezo y roca de ofensa para ambas casas de Israel y para Jerusalén. No comprendieron nada, porque la ley y el testimonio fueron sellados y limitados a Sus discípulos (Isaías 8:16) por su desobediencia deliberada. Así, vemos que la ley y el testimonio debieron ser reemplazados o reubicados dentro de un nuevo sistema, él de los discípulos de Dios. Ésta sería la Iglesia bajo el Mesías.

 

Así que, hay dos elementos para Israel, que toman parte en la batalla. Pero la capacidad del Israel físico fue reducida hasta la Iglesia y es ahora secundaria a la Iglesia y sólo mientras obedezcan los mandamientos de Dios. Por esta razón, Israel ha sido desangrado por guerras este siglo y, después de la Segunda Guerra Mundial, a los demonios les fue permitido hacer borrón y cuenta nueva para que Israel pudiese ser castigado en el siguiente conflicto.

 

Como nación Israel está contaminado. Está más contaminado que lo que estuvo por siglos. Los sacerdotes y los profetas están contaminados. No hay ninguno que pueda estar de pie en la abertura o formar el muro de protección, para que Israel pueda estar de pie en el día del Señor. Por eso los sacerdotes son condenados y removidos porque obstaculizan el conocimiento y entorpecen la entrada al Reino de Dios (Lucas 11:42). Son removidos para que Israel al fin pueda ver (Ezequiel 13:1-16; Mateo 23:13-39; Vea el estudio Midiendo el Templo [137]).http://www.logon.org/english/s/p137.html

 

La Restauración

 

La restauración ocurre después de que Israel se arrepienta. Los precedentes para esto están bien documentados. Dios trata con la nación en el cautiverio. Israel parece sólo volver a Dios bajo la adversidad. Israel fue llevado a cautiverio bajo Salmanasar. Fueron dispersados al norte de Asiría. Esto fue a fin de que Israel pudiese tomar su derecho de primogenitura. Judá fue llevado en cautividad bajo los babilonios. Dios tuvo piedad de los que fueron voluntariamente (Jeremías 38:17) pero se volvió en contra de los que se resistieron o huyeron (Jeremías 38:18 hasta 42:22, esp. 42:17).

 

La purificación final es severa ciertamente. La tercera parte que queda es purificada nuevamente y el resto es la Simiente Santa (Isaías 6:13). Por lo tanto, la supervivencia en Israel en los últimos días está dependiente a la conversión y enrolarse en el ejército de Dios. Los elementos finales son quemados otra vez y aún los elegidos mismos son purificados por fuego. La secuencia comenzó con la destrucción de Jerusalén (Ezequiel 5:1-17). La siguiente fase se hallo en la dispersión y purificación de Israel a todo lo largo de las tierras que ocupaba (Ezequiel 6:1-14). La destrucción y purificación continuó hasta que la nación fuese limpiada (Ezequiel 7:1-27).

 

Dios limpia mediante aflicción pero no abandona a Su pueblo. Él tiene misericordia para Su pueblo (Isaías 54:7-8; Jeremías 46:28). Él juzga las naciones que tratan con Israel y trata con ellas consecuentemente (Mateo 25:31-46). Este juicio aplica tanto a Israel como una nación como a Israel como la Iglesia.

 

Babilonia fue usada para castigar a Israel pero fue juzgada según su misericordia. Fue inmisericorde (Jeremías 30:16; Jeremías 51:34-37) y consecuentemente los medos fueron levantados por Dios para encargarse de ellos (Isaías 13:17; 45:1-6). La destrucción de Babilonia surge del Este y la secuencia es relatada en Isaías 46 y 47. El ave de rapiña del Este es mencionado. La secuencia parece tener una dualidad, la cual se aplica a los días de fin o Día del Señor. Los medos son mencionados otra vez en Jeremías 50 y 51. La escenificación es en los últimos días incluyendo el perdón a Israel. Ese tiempo será testigo del pacto perpetuo que será establecido y que no será quebrantado (Jeremías 50:5). Es preciso comprender que Babilonia es un sistema así como también una ciudad. Cuando el Apocalipsis fue escrito era inexistente. La ciudad había sido destruida y otra ciudad había sido nombrada así, estando en otro lugar. Sin embargo, Babilonia no era considerada esa ciudad tampoco sino más bien el centro del poder mundial y de la religión - una ciudad sobre siete colinas referidas como montes porque representan poderes nacionales (Apo. 17:1-18). Esta ciudad apenas pudo haber sido otra que Roma.

 

El sistema babilónico será destruido y dejado desolado (como Sodoma y Gomorra) porque representa la antítesis del sistema del pacto que Dios estableció. Así el Día del Señor está inexorablemente asociado a la caída de Babilonia (vea también a Jeremías 51:6-10). El versículo 11 asocia la caída con los medos, sin embargo la redacción es futurista y profética. Observe que Jeremías 51:7 usa el mismo lenguaje que el Apocalipsis 17:2.

 

Jeremías 51:7 Una copa de oro que embriagó a toda la tierra fue Babilonia en la mano de Jehová. De su vino bebieron los pueblos; se aturdieron las naciones. (RV)

 

El conflicto va en contra de este sistema y de los demonios que representa.

 

El mensaje es que Dios ha apartado a algunas personas para que cumplan con Su propósito. Todas las cosas obran conjuntamente para el bien de los que aman a Dios y son llamados de acuerdo a Su propósito (Romanos 8:28). Israel, como el ejército de Dios, no tiene alternativa. Debe luchar o morir de acuerdo a las reglas que Dios ha dado. La nación perecerá por su iniquidad. Los elegidos no pueden evitar el juicio u el envolvimiento. Están involucrados por la duración.

 

Si la nación en el pasado experimentó tiempos mejores y pudo evitar involucrarse, ese no es el caso ahora y conforme la nación baja sus estándares del mismo modo también se apresura su cautiverio. Sólo el arrepentimiento asegura la salvación.

 

A la nación le queda un remanente (Isaías 1:9). Ésta es como hemos visto la Simiente Santa. Israel será restaurado después del juicio o la corrección (Jeremías 4:27; 31:2; Ezequiel 6:8-9; Joel 2:18-19; Mal. 3:17). Esto conduce al arrepentimiento y la reconciliación (Esdras 8:13; Isaías 10:20; Jeremías 31:18-19; Ezequiel 6:9; 14:21-23). La restauración final es a Sión, lo cual es la meta de los elegidos (Isaías  4:2-4;  37:32; Apo. 7:1-17; 14:1-5).

 

Así que la secuencia del rechazo / restauración fue primeramente como nación bajo el reinado. Luego el rechazo como nación bajo el sacerdocio aconteció por el silencio de los profetas y la dispersión del Templo y su sacerdocio.

 

La destrucción de Jerusalén y la dispersión le permitieron a Israel, y no a Judá, convertirse durante la dispersión, en la nación que mostrara los frutos de la conversión como el depositario de la fe en la Iglesia. Todo Gentil podría así ser llamado a la Iglesia. Las naciones podrían ser tratadas sobre una base progresiva y los elegidos podrían ser llamados durante el período entre la encarnación y el advenimiento.

 

El fin no vendrá hasta que el poder del pueblo santo sea dispersado (Daniel 12:7). La dispersión sucede después de que el príncipe del pueblo sagrado se levante en contra de las naciones y los elegidos sean redimidos. Esto empieza el proceso de resurrección / milenio / resurrección (Daniel 12:1-2). El período de los tiempos tuvo que ser completado antes que el fin pueda venir.

 

El libro de Daniel menciona los períodos de siete tiempos (Daniel 4:16) y también el período menor de tres y medio tiempos (Daniel 12:7). El periodo menor está incluido dentro del mayor. El período mayor terminó el 1 de Nisan en el año sagrado 1996/97. El período de los 1.260 años de Apocalipsis terminó en 1850. También fueron casi 1.260 años o un tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo desde la victoria de Nabucodonosor en la batalla de Carquemis en 605 EC hasta la declaración del Sacro Imperio Romano en 590 EC - comenzando así los pies de hierro y arcilla. Los siguientes tres y medio tiempos cubren el período de 1.260 años hasta la disolución del Sacro Imperio Romano. La diferencia de tiempo de 64 años comenzó el período de las guerras del fin en 1914-18. Desde 1996/97, el tiempo de los Gentiles se acabó (vea los escritos La Señal de Jonás y la Historia de la Reconstrucción del Templo [013] y La Caída de Egipto [036]). Los treinta años de las guerras de Apocalipsis comienzan. Esta secuencia es delineada en el escrito sobre el tema Los Últimos Treinta Años: La Batalla Final [219].

 

La restauración es una conquista progresiva del planeta desde Jerusalén sobre un período de tiempo, el cual ve al planeta subyugado. Este período es representado por el mes en el cual los pastores son removidos. Éste es el mes al final de la peregrinación en el desierto antes de entrar a la tierra prometida. La guerra con los amalecitas que Israel peleó al comienzo de la peregrinación por el desierto es el conflicto profético de la guerra en contra de Israel y la Iglesia, que duraría hasta la subyugación de Canaán al final del período. Amalec fue el primero de las naciones (Números 24:20). Aparentemente, Amalec tuvo preeminencia sobre Egipto por este rango (quizá como los Hyksos) – no obstante será destruido. La secuencia de la guerra contra Amalec hasta la caída de Jericó (vea el escrito La Caída de Jericó [142]) es indicativa de este proceso (vea el escrito Comentarios sobre Ester [063] para este conflicto con la Iglesia). También nos ocuparemos de otro aspecto de esto en el escrito El Holocausto.

 

La subyugación de Canaán es también simbólica del período de la restauración del planeta después de la guerra y antes de la triple cosecha del Jubileo de 2027/8. El sistema será implementado y así las naciones recibirán la ley y la disciplina.

 

Los elegidos serán como seres espirituales en este tiempo. Serán como elohim como el Ángel de Yahovah a su cabeza (Zacarías 12:8). Lo débiles de Israel serán devueltos a Jerusalén e Israel y ellos  serán como David. Éste es el período de la restauración (Zacarías 12:7-8).

 

Dios es visto como el liberador de Israel y la fuerza que destruye a sus enemigos. Su uso de Israel no es a través de la fuerza de ellos (vea a Salmo 18:29-50; 44:4-8). Sin embargo, Israel fue derribado por Dios aunque ellos afirmaban ser libres de culpa bajo el pacto (vea a Salmo 44:9-16, vea a esp. v. 17-21). El Salmo 44:22 continúa Pero por causa de ti nos matan cada día; Somos contados como ovejas para el matadero. Este texto es citado en Romanos 8:36 y precede al clamor al Señor pidiendo por la acción y redención de Israel. Por lo tanto, el texto también se aplica a la Iglesia en los últimos días. Este pacto es así una cuestión continua y central para la redención.

 

También parecería haber un aspecto físico a la batalla de los últimos días que involucra a Judá y Efraín. Zacarías 9:9-11 muestra que el Mesías es central al pacto y que los arcos de guerra serán quebrados.

 

Zacarías 9:9-11 9 ¡Alégrate mucho, hija de Sión! ¡Da voces de júbilo, hija de Jerusalén! Mira que tu rey vendrá a ti, justo y salvador, pero humilde, cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna. 10 Él destruirá los carros de Efraín y los caballos de Jerusalén; los arcos de guerra serán quebrados, y proclamará la paz a las naciones. Su señorío será de mar a mar, desde el río hasta los confines de la tierra. 11 Tú también, por la sangre de tu pacto, serás salva; he sacado a tus presos de la cisterna en que no hay agua. (RV)

 

La guerra quizá es una batalla espiritual entre Sión y Grecia.

 

Zacarías 9:12-17 12 Volveos a la fortaleza, prisioneros de la esperanza; hoy también os anuncio que os dará doble recompensa. 13 Porque he tensado para mí a Judá como un arco, e hice a Efraín su flecha. Lanzaré a tus hijos, Sión, contra tus hijos, Grecia, y te haré como espada de valiente.  14 Jehová será visto sobre ellos, y su dardo saldrá como relámpago; Jehová, el Señor, tocará la trompeta y avanzará entre los torbellinos del sur.  15 Jehová de los ejércitos los amparará; ellos devorarán y pisotearán las piedras de la honda. Beberán y harán ruido como si estuvieran bajo los efectos del vino; se llenarán como tazón, como los cuernos del altar. 16 Jehová, su Dios, los salvará en aquel día como rebaño de su pueblo, y como piedras de diadema serán enaltecidos en su tierra.  17 Porque ¡cuánta es su bondad  y cuánta su hermosura!  El trigo alegrará a los jóvenes  y el vino a las doncellas. (RV)

 

Esto es más fácilmente entendido después de los dos milenios de conflicto religioso basado en la teología griega defectuosa. Ese proceso, basado en la epistemología del sistema platónico, puso en marcha un sistema falso que fue adaptado por los romanos e impidió la conversión verdadera de incontables millones de personas.

 

Bajo Cristo, Israel como la Iglesia lleva cautiva a la cautividad (Efesios 4:8) y gobierna sobre las naciones que los oprimieron (Isaías 14:1-3; 48:1-22). Este texto posterior forma la base del mandato para que el pueblo de Dios salga de Babilonia. Los que devoran a Israel ellos mismos serán devorados (Jeremías 30:16;  50:37; Sofonías 2:9). La fase final es el gobierno bajo el Mesías y la restauración de la nación de Israel y la interacción pacífica entre los Gentiles e Israel (Salmo 18:35-50; Isaías 60:1-22; 61:1-11).

 

A partir de entonces, la ley es establecida y procede de Sión (Isaías 2:3). En esta restauración, el sistema entero será restablecido, tal como fue dado a Moisés en Sinaí por Jesucristo como el Ángel de Yahovah. La restauración de la ley estará acompañada por un éxodo de Israel (Isaías 66:1-2,10-24). Las Lunas Nuevas y Sábados serán observados.

 

Todas las naciones guardarán las fiestas y enviarán a sus delegados a Jerusalén en la Fiesta de los Tabernáculos o no habrá lluvia a su debido tiempo. También les serán aplicadas las plagas de Egipto.

 

Zacarías 14:16-19 16 Todos los que sobrevivan de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, y para celebrar la fiesta de los Tabernáculos. 17 Y acontecerá que si alguna familia de la tierra no sube a Jerusalén para adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, no habrá lluvia para ellos. 18 Y si la familia de Egipto no sube ni viene, no habrá lluvia para ellos, sino que vendrá la plaga con que Jehová herirá a las naciones que no suban a celebrar la fiesta de los Tabernáculos. 19 Esta será la pena del pecado de Egipto y del pecado de todas las naciones que no suban para celebrar la fiesta de los Tabernáculos. (RV)

 

Ésta es la forma que la tierra será controlada. La tierra entera obedecerá a Dios y Su ley bajo Mesías que implementará esa ley conjuntamente con los elegidos que serán como elohim en la asamblea de Dios (Zacarías 12:8).

 

Parte 3 - El Individuo dentro del Pacto

 

El individuo existe dentro del pacto como un miembro escogido de la nación de Israel en un número de aspectos. La persona es llamada a una relación de pacto con Dios como Su hijo. Las mujeres también serán hijos de Dios ya que no habrá ni varón ni hembra en el mundo espiritual (Lucas 20:34-35). El aspecto femenino está también reflejado como una prometida de Cristo y, luego, como parte del cuerpo de Cristo. Los hijos individuales de Dios son entonces parte de los santos o sagrados de Dios.

 

Los individuos también son traídos como parte de la viña de Dios. Los individuos son así vides de Dios y son cultivados como parte de la viña dentro de las parábolas de la vid (Juan 15:1-9). Israel es entonces establecido como la viña del Señor y los hombres de Judá son Su planta agradable (Isaías 5:7).

 

El individuo es entonces usado como un sirviente de Dios. La relación de pacto abarca todo estos aspectos en una base individual antes de que la nación de Israel pueda ser perfeccionada en su relación de pacto.

 

El pacto se ve así como una continua relación multifacético entre la nación de Israel y los individuos que la componen y el Dios que los escogió como la nación en la cual él establecería Su pacto para siempre y con todas las personas.

 

Los Hijos de Dios

 

Las Huestes Celestiales son los hijos de Dios. Existieron antes de la fundación del planeta y ellos constituían la familia de Dios (Job 1:6; 2:1; 38:4-7). Los hijos de Dios sufrieron rebelión y división a través de Satanás (Apo. 12:4) quien era un hijo de Dios (Job 1:6). Dios está sanando esa división y reconciliando la creación a Sí Mismo a través de Jesucristo (Apo. 5:1-14).

 

La primera fase de este proceso se comenzó en Adán quien falló. Pero Dios vio como necesaria la nueva reconciliación después del diluvio y a través de los descendientes de Abraham (Gén. 17:7-8).

 

Dios quiso apartar a un pueblo que le fuese fiel a Él y Él hizo esto mediante el pacto con Abraham y sus descendientes por siempre (Gén. 17:7-8; Éxodo 7:4; 19:6; Lev. 11:45; 20:26; 26:12; Deut. 7:6; 14:2,21; 26:17-19; 28:10; 29:12-13; 2Samuel 7:24; 1Crónicas  17:22; Jeremías 7:23; 11:4).

 

La nación de Israel fue separada como el heredero del derecho de nacimiento, como el hijo primogénito. Israel fue llamado a salir de Egipto para convertirse en el primogénito e hijos de Eloah (Éxodo 4:22-23; Deut. 14:1; 32:8 (RSV), 17-19 (nota a Eloah como el objeto del sacrificio); Isaías 1:2). Dios llamó a Israel a ser santo a través de la obediencia a Su voz y a aferrarse a Él como la banda en la cintura de un hombre (Jeremías 13:11) y obedecerle con todo su corazón (Jeremías 24:7; 31:1; 32:38; Ezequiel 11:20; 14:11; 36:28; 37:23,27; Zacarías 8:8).

 

Dios llevará y liberará a Sus hijos del vientre (Isaías 46:3-4). Él no los olvidará (Isaías 49:15). Dios es Padre y hacedor de Israel (Isaías 63:16; 64:8). El Padre es el guía de la juventud de Israel (Jeremías 3:4).

 

Dios estableció a Israel como Sus hijos para que no se apartaran de Él (Jeremías 3:19). Sin embargo, ellos se apartaron de Él (Jeremías 3:22). Dios entonces renegó de Israel. Dios nuevamente redimirá a Sus hijos (Isaías 43:6). Él profetizó a través de Isaías y Oseas que Él los restauraría como hijos de Dios (Oseas 1:10). Este proceso sería a través del Mesías quien reviviría la llamada de Egipto y comenzaría la restauración nuevamente desde Egipto (Oseas 11:1).

 

Aunque Israel fue llamado a un culto del Dios Altísimo, quien es el Padre, ninguno quiso exaltarle (Oseas 11:7). Esto es cierto ahora de los Trinitarios y Binitarios. Los hijos de Dios fueron llamados a una relación especial con Dios, como un pueblo santo. Eso no significa que fuesen santos cuando fueron llamados. De hecho eran lo opuestos. Es Dios quien los santifica.

 

La división del Pacto dentro de Israel

 

Efraín es llamado estimado hijo de Dios y así Efraín también posee el derecho de primogenitura. Hay así dos aspectos del estatus de hijo, uno en Judá y el otro en Efraín. El Mesías, de la línea de Judá, se convirtió en el primogénito de Israel de entre los muertos (Romanos 8:29). Él fue el primer ser engendrado que Dios trajo en el mundo (Hebreos 1:6).

 

El reino fue establecido en el linaje de David y el Templo debió ser construido en su linaje. Salomón fue el designado para empezar este trabajo (1Crón.  22:10; 2Samuel 7:14) y el trono del Reino sería establecido por siempre. El trono es por lo tanto integral también al pacto (vea el escrito Midiendo el Templo [137]).

 

El pacto de los hijos de Dios es establecido con los Gentiles, mediante la adopción, desde la Iglesia del Nuevo Testamento (Romanos 8:14,15; 9:4,6-8; Gálatas 4:4-7).

 

Gálatas 4:4-7 4 Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la Ley, 5 para redimir a los que estaban bajo la Ley, a fin de que recibiéramos la adopción de hijos. 6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! 7 Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo. (RV)

 

Esta fase señaló una transformación en la relación de las naciones de sirvientes de Dios a hijos de Dios. Así los Gentiles se convirtieron en herederos de la promesa como hijos de Dios, pasando a formar parte de Israel. El concepto de servicio y servidor de Dios es examinado debajo.

 

Los elegidos son hijos de Dios a través de la fe en Jesucristo (Gálatas 3:26). Los elegidos son por lo tanto coherederos con Jesucristo (Romanos 8:17; Gálatas 3:29; 4:7; Tito 3:7; Hebreos 1:14; 6:17; 11:9; Santiago 2:5; 1Pedro 3:7). Son también el pueblo santo de Dios (Romanos 1:7; 1Pedro 1:15-16; 2:9).

 

1Pedro 1:15-16 15 sino, así como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir, 16 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. (RV)

 

El concepto de santidad es por extensión del poder de Dios. Esto es delegado a través del uso de Su nombre. Por lo tanto, Su nombre es santo y no debe ser usado en vano o profanado (Éxodo 20:7; Lev. 19:12). A las naciones les darían miedo Israel porque estaba nombrado por el nombre de Dios (Deut. 28:10). Israel quiere decir él mandará como Dios. Así Israel debió ser santo (Lev. 20:26).

 

Los hijos recibieron el nombre de Dios porque se convertirían en hijos de Dios (Deut. 32:2-3). Se convertirían en Sus herederos y la primera fase fue una herencia física, como un pueblo santo, con una porción agradable de la tierra (Gén. 17:7-8; Lev. 20:24; Deut. 4:20-21; 4:37-38). Israel honra a Dios para su propio bien en su herencia (Jeremías 3:19 RSV).

 

La tierra no debió ser impura o profanada (Deut. 15:4; 19:10; 20:16; 21:23; 24:4; 25:19; 26:1). La magnitud de la profanación continuó hasta la condición de maldito por Dios del individuo bajo la ley (Deut. 21:23).

 

Dios le dio la tierra a las naciones por división y límites (Deut. 32:8). Él la da a quien Él escoge (Salmo 24:1). La herencia es por lo tanto dividida y asignada por Dios. Dios le ha asignado una herencia al Ejército y estos fueron los pueblos a los que las tierras fueron asignadas. La herencia de los hijos de Dios en el Ejército fue asignada según su número y las naciones fueron divididas según su número (Deut. 32:8 RSV; Vea también a la LXX y los PMM). El pueblo de Yahovah es su herencia (Salmo 33:12; 78:71; 105:10-11; 135:12; 136:21-22; Jeremías 10:16).

 

Jeremías 10:14-16 14 Todo hombre se embrutece, le falta conocimiento; se avergüenza de su ídolo todo fundidor, porque mentirosa es su obra de fundición y no hay espíritu en ella. 15 Vanidad son, obra vana; en el tiempo de su castigo perecerán. 16 No es así la porción de Jacob, porque él es el Hacedor de todo, e Israel es la vara de su heredad:  ¡Jehová de los ejércitos es su nombre! (RV)

 

Israel así fue reservado como una porción para Yahovah de los Ejércitos. Israel fue la vara de Su herencia. Así Israel tuvo una función para ejecutar en el establecimiento de la herencia de Dios. Yahovah de los Ejércitos es el Padre. Yahovah de los Ejércitos trabaja con Yahovah de Israel que Él ungió por encima de sus compañeros (Salmo 45:6-7; Hebreos 1:8-9). Yahovah de Israel es así el Ángel de Yahovah que es un elohim (Zacarías 12:8), tal como serán los hijos de Dios.

 

Sin embargo, carne y hueso no pueden heredar el Reino de Dios (1Cor. 15:50). Así el Reino y la herencia esperan con ilusión a lo espiritual. Israel no podría convertirse en hijos de Dios a través de la carne. Ni tampoco la injusticia heredar el Reino (1Cor. 6:9). Sin embargo, es el buen placer del Padre darnos el Reino (Lucas 12:32) que es nuestra herencia. A partir de nuestra resurrección, nos convertimos en hijos de Dios e iguales a los ángeles (Lucas 20:36).

 

Los que recibieron a Cristo recibieron el derecho de convertirse en hijos de Dios (Juan 1:12). Ese fue el propósito de la Encarnación a fin de que viésemos el amor de Dios y pudiésemos ser Sus hijos (1Juan 3:1-2; Apo. 21:7).

 

El primer pacto sólo puede cumplirse o completarse a través del segundo.

 

La Extensión del Pacto a Través del Repudio

 

Este derecho de herencia transferido a través de Cristo a las naciones fuera de Israel, luego de la destrucción de Judá, fue por el rechazo de Dios como Padre por parte de Israel. Él les había prometido su herencia como hijos bajo el pacto (Éxodo 23:28-31; 34:11; Josué 3:10; 24:18; 1Crónicas 17:21).

 

Israel perdió la herencia profanando el pacto por medio de idolatría e iniquidad (Isaías 59:3; Jeremías 16:18; Ezequiel 36:17).

 

Dios envió a Israel a cautividad y los dispersó entre las naciones por el quebrantamiento del pacto (Lev. 26:33; Deut.  29:25-28; Jeremías 7:15,34;  8:3;  13:24;  16:11-13;  18:17;  22:28;  27:10; Ezequiel 12:14-15).

 

Jeremías 16:11-13 11 Entonces les dirás: Porque vuestros padres me abandonaron, dice Jehová, y anduvieron en pos de dioses ajenos y los sirvieron, y ante ellos se postraron. Me abandonaron a mí y no guardaron mi Ley. 12 Pero vosotros habéis hecho peor que vuestros padres, pues cada uno de vosotros camina tras la imaginación de su malvado corazón, no escuchándome a mí. 13 Por tanto, yo os arrojaré de esta tierra a una tierra que ni vosotros ni vuestros padres habéis conocido, y allá serviréis a dioses ajenos de día y de noche, pues no os tendré compasión. (RV)

 

Así el servicio a otros dioses es un castigo conjuntamente con la desolación y la adversidad que ocasiona. Porque Dios los había hecho Su pueblo, cuando Él no luchaba por ellos se convirtieron en presa de los demonios y las naciones bajo su control y nadie se preocupaba por Israel (Jeremías 30:17).

 

El honor de llevar el nombre de Dios también fue removido y la nación se perdió. A Judá no se le permitió llevar el nombre. Israel profanó el nombre y por lo tanto lo olvidó (Isaías 17:10;  51:13; Jeremías 2:32;  3:21;  13:25;  18:15;  23:27; Ezequiel 23:35; Malaquías 1:6-8).

 

Jeremías 23:26-27 26 ¿Hasta cuándo estará esto en el corazón de los profetas que profetizan mentira, que profetizan el engaño de su corazón? 27 ¿Con los sueños que cada uno cuenta a su compañero pretenden hacer que mi pueblo se olvide de mi nombre, del mismo modo que sus padres se olvidaron de mi nombre a causa de Baal? (RV)

 

Dios permitió que Israel fuese abandonado para ser profanado porque ellos habían profanado Su nombre (Ezequiel 7:21-22; 20:21-26; 24:21). La falta de conocimiento causada por la profanación es compuesta por la ignorancia de la gente. Israel se destruye por falta de conocimiento (Oseas 4:6) y  no es más el pueblo de Dios (Oseas 1:9).

 

Oseas 4:6 Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; puesto que olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos. (RV)

 

El sacerdocio que ocasiona la declinación moral del pueblo por no impartir la enseñanza es totalmente removido y sus hijos pasan al olvido. Ciertamente, así debe ser – para que los errores que les fueron enseñados no sean preservados. Sólo los leales a la verdad son preservados.

 

La dispersión ha tenido lugar por siglos en situaciones diferentes pero todo por las mismas razones. Dios estableció Su sistema dentro de los hombres bajo Jesucristo con la Encarnación. Ese pacto fue renovado y el Espíritu Santo se hizo disponible a los elegidos por Dios en una escala infinitamente mayor que la conocida previamente bajo los profetas. Este grupo estaba predestinado, escogido, designado, justificado y glorificado (Romanos 8:28-30). A este grupo le es dado el Espíritu Santo a fin de que los individuos puedan ser obedientes a la ley de Dios que surge de Su naturaleza. Vistiéndose con la naturaleza de Dios, siendo en la imagen de Cristo que es la imagen del Dios invisible, son obedientes por naturaleza siendo en Su imagen, tal como fuera Cristo. Los elegidos son la imagen de Dios, de la misma forma que Cristo es la imagen del creador (Rom.  8:29;  1Cor. 11:7; Col. 1:15; Col. 3:10; Hebreos 1:3). Todos en este grupo son hijos de Dios de la misma forma que Cristo es un hijo de Dios, siendo los primeros de muchos hermanos, como ángeles y elohim (Zacarías 12:8; Romanos 8:29; Apo. 6:11; 12:10; 19:10; 22:9).

 

La restauración ocurrirá en dos niveles. Estos son los niveles físicos y espirituales. La restauración integra, la cual involucra al Israel físico también, se prefigura en Isaías 35:10; 48:20; 51:11; 52:1-12; Jeremías 30:18-21; 31:1-14. La figura central en la restauración es el siervo de Dios que es el Mesías, según Isaías 52:13-15 (vea también a Isaías 53:4-10) y quien confunde a las naciones por su derramamiento. Este derramamiento es en la forma de los elegidos, escogidos de Dios siendo santificados por su sangre y a través del Espíritu Santo.

 

Isaías 52:13-15 13 He aquí que mi siervo será prosperado, será engrandecido y exaltado, será puesto muy en alto. 14 Como se asombraron de ti muchos (pues de tal manera estaba desfigurada su apariencia, que su aspecto no parecía el de un ser humano), 15 así asombrará él a muchas naciones. Los reyes cerrarán ante él la boca, porque verán lo que nunca les fue contado y entenderán lo que jamás habían oído. (RV)

 

Al regreso del Mesías ocurre la restauración total de Jerusalén (Isaías 51:11; 60:1-5). Éste es un punto central en la estructura gobernante y pacto de Dios. La adopción como hijos permanece desde la Encarnación sólo en la Iglesia y no en la nación. La restauración será extendida desde el advenimiento y la restauración de Sión (Isaías 49:14-16; Jeremías 31:8-9,21; Oseas 1:10; 11:8-11) la cual Dios no olvidará.

 

Desde ese momento, Israel recibe un nombre mejor que él de hijos e hijas, que no será quitado (Isaías 56:5; 62:2; 65:15). Serán como elohim (Zacarías 12:8). La observancia de los Sábados y del pacto de Dios es central y condicional para este estatus (Isaías 56:4; Santiago 1:25;  2:24; Apo. 12:17; 14:12). Así, un maestro que favorece la eliminación de la ley de Dios como parte del segundo pacto ha robado la corona de los que le escuchan (Apo. 3:11).

 

Oseas 1:10 Con todo, el número de los hijos de Israel será como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y en el lugar donde se les dijo: Vosotros no sois mi pueblo, se les dirá: Sois hijos del Dios viviente. (RV)

 

Jeremías 24:7 Les daré un corazón para que me conozcan que yo soy Jehová; y ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios, porque se volverán a mí de todo corazón. (RV)

 

Así Israel es purificado del pecado y dado un corazón nuevo y una mente nueva que obedecerá Sus leyes y permanecerá leal a Él y a Su pacto (Deut. 30:6; Salmo 147:2-3; Jeremías 24:7; 32:40; 50:20; Ezequiel 36:24-28; Oseas 14:4).

 

Parte de esta purificación es la remoción de los sistemas de los demonios como fueron establecidos entre las naciones (Ezequiel 34:29; 36:13-15,21-23).

 

La restauración física es central al nuevo sistema milenario bajo Mesías (Salmo 105:43-45; Isaías 11:11; Jeremías 16:15;  30:3;  31:4; Ezequiel 11:17; 34:27; 36:8-12,24-38; Amós 9:14-15). A esto contribuye la riqueza del mar y las naciones (Isaías 60:5).

 

La restauración de Israel es como un pueblo santo y un ejemplo para las naciones. El Mesías regirá el mundo desde Jerusalén (Isaías 60:13-14;  62:12; Miqueas 4:6-7; Sofonías 3:19-20).

 

La adherencia al pacto de Dios es central para la resurrección de los santos en la primera resurrección (Apo. 20:4-6). Ellos estarán entonces para siempre con el Señor en gran gozo (Isaías  51:1; Jeremías 31:1-14; 1Tes. 4:15-17). Esos de la resurrección también serán parte de la administración bajo David en el cumplimiento del pacto que Dios hizo en relación al reinado (Ezequiel 34:22-24).

 

El reinado será extendido a los elegidos y en la tierra (Apo. 5:10 RSV). Esta administración es como el Templo, además de ser reyes y sacerdotes (1Cor. 3:9,16-17). La estructura es construida sobre Cristo como la piedra angular y los apóstoles y los profetas como los fundamentos (1Cor. 3:11; Efesios 2:20). Los de Filadelfia son los pilares (Apo. 3:12). Los elegidos en general son el edificio como piedras vivas (1Pedro 2:4-8). Así, los elegidos son los miembros del grupo familiar real y, por lo tanto, son elohim, como el Ángel de Yahovah a su cabeza (Zacarías 12:8) (vea también Los Pilares de Filadelfia [283]).

 

Sirvientes de Dios y Prometidas de Cristo

 

Así la familia de Dios será restablecida tanto en el cielo y como en la tierra. Todos serán hijos espirituales de Dios. Para establecer a la familia, los elementos del edificio necesitan ser presentes. Para lograr esta meta, hay dos conceptos que son centrales al plan.

 

El primero era él de servicio e Israel fue llamado como siervo de Dios. Esto habría de dejar paso a la adopción como hijo para que pudiésemos convertirnos en padres de nuestra rama de la familia. Por lo tanto, el concepto del pacto como prometidas de Cristo es central para los elegidos. Así, los elegidos son ambas cosas, hijos de Dios y prometidos de Cristo sin importar el sexo del miembro del cuerpo.

 

Dios es Padre Celestial y Dios de los Ejércitos, pero la familia humana es colocada bajo la paternidad de Cristo, quien es así un padre eterno (Isaías 9:6). Hay muchas paternidades en el cielo y la tierra bajo la familia entera de Dios (patria, Efesios 3:14-15 vean la Interlineal de Marshall). Los elegidos son prometidos de Cristo para ejercer la relación familiar sobre la tierra bajo el Mesías.

 

Israel fue establecido como un siervo de Dios en este proceso que fue su amo y rey (Lev. 25:42,55; Salmo 44:4; 145:1; Isaías  41:8;  42:1,21; 45:4). La gente de Dios debería buscar Sus cortes (anhelarlas) pues en ellas hay justicia y bendiciones (Salmo 84:2-4).

 

El Testamento Nuevo es la culminación o el desarrollo de la relación de siervo donde el mundo es esclavizado y vendido bajo el pecado. La redención del mundo es por ende la meta (Romanos 6:17; 7:14; Gálatas 4:3-8). Como hijos ya no somos sirvientes (Romanos 4:7). Fuimos comprados por un precio para ser liberados (1Cor. 6:20; 7:23; 2Pedro 2:1; Apo. 5:9; 14:3). Ese precio fue Mesías y nosotros fuimos redimidos o comprados con su sangre (Hechos 20:28; 1Pedro 1:18-19). Así la redención fue como esclavos y la condición de hijos es extendida a nosotros dentro del grupo familiar de Dios. Somos así la posesión de Dios y por lo tanto sujetos a Su ley (Tito 2:14; 1Pedro 2:9).

 

Tito 2:14 Él se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda maldad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. (RV)

 

La maldad aquí es de hecho cada acción ilegal o sin ley. El pecado es la transgresión de la ley (1Juan 3:4). Conocemos a Dios si observamos Sus mandamientos (1Juan 2:3-5; 3:21-24).

 

El servicio de Dios en Su familia es dentro de Su sistema de ley y culto donde Él escoja. Comenzó con Moisés en el Sinaí (Éxodo 3:12) y se extendió a Sión. El sistema de fiesta es central a este plan y este sistema (Éxodo 5:1). Los mandamientos están encapsulados en los diez y desarrollados bajo las ordenanzas (Éxodo 20:1-17; Deut. 5:6-21). Dios llamó a Israel a vivir Su palabra y ley glorificando Su nombre (1Reyes 8:41-43; Isaías 42:6; 43:7,10,12,21; 44:8; 51:16; 59:21).

 

El Mesías era la llave central del rol de los profetas para Israel.

 

Isaías 49:1-13 1 Oídme, costas, y escuchad, pueblos lejanos: Jehová me llamó desde el vientre; desde las entrañas de mi madre tuvo mi nombre en memoria.  2 Y puso mi boca como espada afilada,  me cubrió con la sombra de su mano. Me puso por saeta aguda, me guardó en su aljaba. 3 Me dijo: Mi siervo eres, Israel, porque en ti me gloriaré. 4 Pero yo dije: Por demás he trabajado; en vano y sin provecho he agotado mis fuerzas. Pero mi causa está delante de Jehová, y mi recompensa con mi Dios. 5 Ahora pues, Jehová, el que me formó desde el vientre para ser su siervo, para hacer volver a él a Jacob y para congregarle a Israel (porque estimado seré en los ojos de Jehová y el Dios mío será mi fuerza), 6 él dice: Poco es para mí que solo seas mi siervo  para levantar las tribus de Jacob y restaurar el resto de Israel; también te he dado por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo último de la tierra. 7 Así ha dicho Jehová, Redentor de Israel, el Santo suyo, al menospreciado de alma, al abominado de las naciones, al siervo de los tiranos: Lo verán reyes, se levantarán príncipes  y adorarán por causa de Jehová, porque fiel  es el Santo de Israel, el cual te escogió. 8 Así dijo Jehová: En tiempo favorable te oí, en el día de salvación te ayudé. Te guardaré y te daré por pacto al pueblo, para que restaures la tierra, para que heredes asoladas heredades;  9 para que digas a los presos: "¡Salid!",  y a los que están en tinieblas:"¡Mostraos!" En los caminos serán apacentados y en todas las alturas tendrán sus pastos. 10 No tendrán hambre ni sed, ni el calor ni el sol los afligirá; porque el que tiene de ellos misericordia los guiará y los conducirá a manantiales de aguas. 11 Convertiré en camino todos mis montes y mis calzadas serán niveladas.  12 He aquí, estos vendrán de lejos: unos del norte y del occidente, y otros de la tierra de Sinim. 13 ¡Cantad, cielos, alabanzas, y alégrate, tierra! ¡Montes, prorrumpid en alabanzas, porque Jehová ha consolado a su pueblo y de sus pobres tendrá misericordia! (RV)

 

El sacrificio era central para la estructura de Dios, tal como fue establecido en el Éxodo (Éxodo 5:3). Esto continuó en los elegidos desde el Mesías (vea el escrito Las Cosechas de Dios, los Sacrificios de las Lunas Nuevas y los 144,000 [120]).

 

Israel rechazó Dios por su accionar malvado. Dios los entregó a sistemas falsos (1Samuel 8:8; 12:10; Jueces 2:14; 3:8; 4:2; 10:7) y a opresión y esclavitud. Dios no escucharía su clamor (Deut. 28:68; Isaías 52:3; Jeremías 5:19; Oseas 11:7; Miqueas 3:4). La liberación de este castigo era dependiente del arrepentimiento. Sólo entonces se proveería un libertador (Jueces 4:3-4). Dios entonces los rescata de quienes fueron vendidos como esclavos (Isaías 41:8-10; 52:3; Jeremías 46:27-28). Dios es entonces nuevamente su rey (Isaías 43:15; 44:6).

 

La meta del servicio en Israel como el ejército de Dios es así para glorificar el nombre de Dios y traer luz a las naciones y el evangelio de salvación a toda la tierra (Isaías 49:3,6)

 

La Viña de Dios

 

La viña es la casa entera de Israel (Isaías 5:7). Dios preparó la viña proveyendo y preparando la tierra y haciendo que Israel echara raíz profunda. Él espera que sea fructífero (Salmo 1:1-3; 80:8-11).

 

Esta metáfora es desarrollada en los evangelios siendo el Mesías la vid verdadera.

 

Juan 15:1-4 1 Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador. 2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. 3 Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. 4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. (RV)

 

Israel la nación es por lo tanto la viña. Esta nación es de hecho el Reino de Dios (Mateo 21:33-43). Las plantas deben ser del Mesías y por lo tanto del tipo verdadero. Dios poda cada una de las plantas. Los elegidos así deben pasar a formar parte de la nación de Israel para entrar en una relación con el Mesías. Así, los elegidos se convierten en miembros de Israel cuando entren a la Iglesia a través del bautismo. Los elegidos son entonces el campo de Dios (1Cor. 3:9). Deben dar frutos (Isaías 5:1-4; Marcos 12:1-9; Juan 15:1-6; Gálatas 5:21). Las ramas de la nación son así cortadas y nuevas ramas injertadas (Romanos 11:17-24). Los Gentiles son por lo tanto las vides nuevas y las originarias que no son fructíferas son cortadas. El arrepentimiento y el bautismo en el cuerpo de Cristo son por lo tanto obligatorios para el estatus como un miembro de Israel en la primera resurrección (vea también a Lucas 3:9 para la metáfora del árbol).

 

Ser miembro de la familia de Dios como elohim está por lo tanto centrado en, y por medio de, Israel bajo Mesías.

 

La nación física resultó ser estéril porque no pudo obedecer a Dios sin el Espíritu Santo y el deseo fervoroso de ser obediente. Israel, especialmente Judá, fue estéril (Mateo 21:43). Ésta no fue la culpa de Dios pues Él observó Su parte del pacto. Sin embargo, la cosecha no fue de valor alguno (Jeremías 12:13). Tuvo que ser cortada y quemada (Isaías 9:18; 33:12; Jeremías 45:4; Ezequiel 19:10-14; Oseas 9:10; Jeremías 11:16-17; Mal. 4:1; Lucas 3:8-9). Él luego prefirió aclararlo (Salmo 80:12; Isaías 5:4-7; 7:23-24;  32:13; 34:13).

 

Isaías 5:4-7 4 ¿Qué más se podía hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella? ¿Cómo, esperando yo que diera uvas buenas, ha dado uvas silvestres? 5 Os mostraré, pues, ahora lo que haré yo a mi viña: Le quitaré su vallado y será consumida; derribaré su cerca y será pisoteada. 6 Haré que quede desierta; no será podada ni cavada, y crecerán el cardo y los espinos; y aun a las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella. 7 Ciertamente la viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá, planta deliciosa suya. Esperaba juicio, y hubo vileza;  justicia, y hubo clamor. (RV)

 

La restauración también está centrada en la viña física en el sistema MILENARIO (Isaías 37:31-32). Estas trillas de la cosecha de Dios (Isaías 17:4-6) son de varios tipos. Por lo tanto, Dios ha prometido restaurar a Israel Su viña y estos llenarán la tierra de frutos (Isaías 27:1-6; Jeremías 24:6; Oseas 14:6-8).

 

Israel como las Ovejas del Pacto de Dios

 

Además de Israel como la viña, Israel también es el rebaño de Dios. Israel rechazó a su pastor (Salmo 95:7-10). El Mesías es pastor principal (Zacarías 11:4; Hebreos 13:20). Dios posee ambos la viña y el rebaño. Él cuida las vides y Él selecciona a las ovejas. Israel como el rebaño rechazó al buen pastor al matar al Mesías. Los pastores de Israel fueron apostatas y así es que Dios los remueve en un mes profético (Zacarías 11:7-9; Vea el escrito Midiendo el Templo [137]).http://www.logon.org/english/s/p137.html

 

El rebaño de Dios fue devorado por bestias salvajes a causa de estos pastores apostatas (Oseas 13:7-9). Esto pasó primero bajo el sacerdocio Levítico pero prosigue en la Iglesia.

 

Cristo nombra a otros para cuidar de las ovejas (Juan 21:15; Hechos 20:28-29; 1Pedro 5:2-4). Satanás también pone mercenarios sobre el rebaño que lo dispersan y matan. Destrozan a las ovejas hasta las pezuñas (Ezequiel 34:1-14; Juan 10:8-10; Hechos 20:29; Vea el escrito Midiendo el Templo [137]).http://www.logon.org/english/s/p137.html

 

Al final, las ovejas son entregadas para ser juzgadas por el modo en que se tratan entre ellas (Ezequiel 34:15-24) y se devoran entre ellas (Ezequiel 34:17-21; Zacarías 11:9). El Mesías es puesto sobre ellas para proteger la una de la otra.

 

Sin embargo, Dios las restaura y les da conocimiento íntimo de Sí Mismo (Ezequiel 34:30-31; Juan 10:3-6; 17:3; 1Juan 5:20). Esto se hace en la analogía de la alimentación y pastoreo (Salmo 23:2; Ezequiel 34:14). Dios es el maestro de los elegidos en el Espíritu Santo que es el agua calma que se les ha provisto (Salmo 23:2; 46:4; Isaías 49:9-10; Apo. 7:17; 21:6; 22:1,17). Cristo desempeña sus responsabilidades dentro del esquema establecido por Dios. A través del Espíritu Santo, las ovejas son restauradas a la vida espiritual a través del sacrificio del Cordero (Salmo 23:2; Juan 10:11). Del ejemplo del Mesías, los elegidos persiguen la justicia (Salmo 23:3; 19:7-8). Son sanadas y viven en la casa de Dios por siempre (Salmo 23:6; Isaías  40:10-11;  66:5-24; Jeremías 50:17-20; Ezequiel 34:11-16; Miqueas 2:12-13; Zacarías 10:9-10).

 

David será rey sobre ellos (Jeremías 23:4-5; Ezequiel 34:22-24; 37:24-25). Miqueas 2:12-13 demuestra que David es rey y los precede con Yahovah a su cabeza. Este ser a la cabeza del grupo familiar de David es el Ángel de Yahovah o Yahovah, Elohim de Israel (Salmo 45:6-7; Zacarías12:8; Hebreos 1:8-9).

 

Lea Ezequiel 34 en su totalidad para establecer la secuencia para Israel.

 

Hay así responsabilidades diversas asignadas a los elegidos. La nación de Israel es central para el plan de salvación, y la salvación fuera de esa nación, la cual es ahora espíritu y carne, es imposible. Los que permanecen sin ser convertidos serán parte de la segunda resurrección, no importa cuán justos o nobles consideren que han sido. La nación es llamada a ser hijos de Dios y, sobre los tiempos de las naciones, los Gentiles o pueblos de las naciones pueden ser llamados a salir y ser colocados dentro de Israel. Ese período ahora se acerca a su final. A las naciones les fueron dados siete tiempos más ochenta años para consolidar su posición y tratar con Israel. Ahora están cerca del juicio al regreso del Mesías en un futuro cercano. El pacto de Dios fue establecido por y a través del Mesías. Él dio el primer pacto, como el Ángel de Yahovah en Sinaí, y sacó a Israel de Egipto. Él estableció el segundo pacto desde su resurrección de entre los muertos, cuando él se convirtió en un hijo de Dios en poder por la resurrección de entre los muertos (Romanos 1:4). Él así se convirtió en el primero del Nuevo Israel y como el primogénito entre muchos hermanos. El segundo pacto no quitó una jota o una tilde de la ley. Las cláusulas legislativas de Dios y el pacto perdurarán hasta que el cielo y la tierra desaparezcan. A partir de entonces, nuestra relación pactada con Dios será como elohim en su familia.

 

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