Iglesias Cristianas de Dios
[147]
(Edición 2.0 19951203-19991108)
Este escrito de suma importancia examina la posición bíblica en la deidad de Cristo. El escrito examina y discute las distintas posiciones desde el Unitarismo Radical hasta la Teología Trinitaria del Proceso. La preexistencia de Cristo es demostrada por las Escrituras. El escrito Sobre la Inmortalidad complementa este escrito.
Christian Churches of God
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(Derechos de propiedad literaria ã 1995, 1999, Wade Cox)
Tr. 2004
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La Deidad de Cristo [147]
Este escrito trata sobre la cuestión de la Deidad de Cristo, tal como fuera planteado en el Congreso Internacional de la Iglesia de Dios (Séptimo Día) del 5 al 10 de diciembre 1994 y publicado en el Bible Advocate de feb. 1995.
Esta cuestión es de suprema importancia ya que refleja un cambio de dirección entre las filas ministeriales de una de las Iglesias de Dios de una posición tradicional Unitaria a una que efectivamente apoya la estructura Trinitaria, tal como fuera determinada por el Concilio de Calcedonia. Esta posición es afirmada en el erróneamente conocido como Credo de Nicea o Credo del Concilio de Nicea, lo cual no es.
El desarrollo es importante porque la Iglesia de Dios ha sido Unitaria por alrededor de diecinueve siglos.
Temas de referencia: Se sostiene que la Biblia es la fuente definitiva de evidencia en la cuestión. Nosotros estamos interesados aquí en lo que es Bíblicamente verdadero y coherente.
La cuestión primordial es: ¿Es Cristo divino? En ese caso, ¿de qué modo es divino?
La primera respuesta posible es que, Cristo no es divino y que por naturaleza, era sólo un hombre. La primera posibilidad está dividida en dos partes.
1. La primera proposición fue que Él era sólo un hombre sin existencia previa.
Esta posición puede ser clasificada como Unitarismo Radical. Ésta afirma la posición del Único Dios Verdadero de tal modo que intenta negar no sólo una divinidad atribuida a Cristo, anterior a la resurrección, sino que también cualquier posición pre-encarnación. Por lo tanto, Cristo no sacrificó por sus semejantes, más que una existencia terrenal.
La evidencia Bíblica es contraria a esta propuesta. Juan 1:1 establece la proposición de dos seres divinos por la distinción del acusativo nominativo entre El Dios usando el acusativo y el artículo definido sólo en relación con el Padre, y el nominativo y sin artículo para theos en relación con el Logos que aquí está identificado con el Mesías. Este uso del acusativo y el artículo definido es una constante a través de la Biblia. Se usa sólo para El Padre. Esto es notado por el Comentario de Heydock sobre el texto de 1Juan 5:20 (la versión de Douay-Rheims 1885 que equivocadamente trata de atribuirle el artículo a Cristo en 1Juan 5.20) y la Vulgata Latina.
Juan 1:2-3 afirma la preexistencia de Cristo como un ser sobre natural. Su papel en la creación era afirmado en Juan 1:10. Él vino para traer testimonio de la Luz, pero él no era Esa Luz sino que fue enviado como testimonio de Esa Luz, la cual es la Luz verdadera. La Luz verdadera que ilumina a todos los seres humanos estaba viniendo al mundo (Juan 1:8 Oxford Anotada Versión Estándar Revisada). La Luz verdadera era el Poder de Dios al cual conocemos como el Espíritu Santo. Todos los que recibieron a Cristo, que creyeron en su nombre, él les dio poder para ser hijos de Dios (Juan 1:11). Él se hizo carne y habitó en medio de nosotros, lleno de gracia y verdad; hemos visto su gloria como la de un único nacido del Padre (monogenous para patros) (Juan 1:14 Interlineal de Marshall texto principal).
A Dios ningún hombre ha visto jamás. El único dios (theos) nacido, él que está en el seno del Padre ese [?lo] declaró (Juan 1:18 Interlineal de Marshall texto principal).
Dios trajo al prototokos al mundo (Hebreos 1:6). Este elohim fue ungido con el óleo de alegría por sobre sus compañeros o camaradas (Salmo 45:6-7; Hebreos 1:8-9). Este ser era el prototokos, o primogénito de toda la creación de Dios (Col. 1:15). Por lo tanto, él era el comienzo de la creación de Dios (Apo. 3:14). Este Señor (o kurios) era la voz del Señor en el desierto durante el Éxodo (Hechos 7:33).
Por lo tanto está fuera de toda discusión, que la Biblia afirma la existencia sobrenatural previa de Cristo antes de la encarnación. Por lo tanto, el punto 1 queda descartado.
2. La segunda proposición es que Cristo existió como un ser previo a su encarnación.
Desde los textos mismos que rechazan la proposición 1, se establece la proposición 2.
2.1 ¿Era Cristo el único hijo de Dios?
La Biblia es enfática en cuanto a que Cristo no es el único hijo de Dios. Cuando la tierra fue formada los hijos de Dios estaban reunidos y las Estrellas del Alba o Luceros cantaban alabanzas juntos y gritaron de alegría (Job 38:4-7).
2.2 ¿Le fue dado a Cristo todo el control del mundo?
La respuesta es un rotundo no. A las naciones les fue asignada su herencia por el Altísimo Dios, de acuerdo al número de los hijos de Dios (Deut. 32:8 vea Anotada Oxford VSR; el texto Masoreta (MT) ha sido alterado después de Cristo y por ende la traducción en la KJV (en ingles) y en español en la Reina Valera; vea la Biblia de Jerusalén que lo traduce correctamente y vea también la nota al pie de Deut. 32:8 en dicaha Biblia, y la LXX (Septuaginta) aggelon theou; y los Rollos del Mar Muerto, Beny Elim).
La porción de Jehová era Israel. Jacob su parte de heredad (Deut. 32:9). Aquí a Jehová le fue signada su parte de la herencia por el Altísimo. Por lo tanto, el término Jehová también le es aplicado a un Dios subordinado.
2.3 ¿Tenían acceso al trono de Dios todos los hijos de Dios?
La respuesta es sí. Los hijos de Dios se presentaban ante Dios de manera regular (Job 1:6; 2:1). Esto incluía a Satanás que también era un hijo de Dios (Job 2:1) y el theos o dios de este mundo (2Cor. 4:4).
2.4 ¿Fueron todos estos hijos fieles?
La respuesta es no. Los hijos de Dios abandonaron su propia morada y por lo tanto se enfrentan al juicio (Judas 6; Génesis 6:4). Satanás se llevó a un tercio de los hijos de Dios y se rebeló contra El Altísimo Dios (Apo. 12:3-6).
3. ¿Si Cristo es divino, de qué modo lo es?
3.1 Se sostiene que Cristo tenía la naturaleza de Dios por medio del Espíritu Santo. Él por lo tanto era en la forma de Dios. Él no trató de apoderarse de la igualdad con Dios (Filipenses 2:6 ver la nota al pie de dicho versículo en la Biblia de Jerusalén). El se despojó de sí mismo tomando la forma de un siervo, naciendo en forma de hombre. Y siendo hallado en forma humana se humilló a sí mismo y fue obediente hasta la muerte, y muerte de cruz (Filipenses 2:7-8). Del mismo modo, los escogidos comparten la naturaleza divina (2Pedro 1:4).
Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte, a quien tiene el imperio de la muerte, esto es, Satanás.
Por lo cual, él debía ser en todo semejante a sus hermanos (Hebreos 2:17 RSV), para venir a ser un misericordioso y fiel Sumo Sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. Pues en cuanto él mismo padeció, siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados (vea a Hebreos 2:10-11,14-18). Porque no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecar (Hebreos 4:15).
Por consiguiente, cuando encarnado como un hombre, Cristo fue como los hombres en todas formas. Sin embargo, Cristo estaba lleno de la deidad (theotetos) que es la esencia de Dios (Col. 2:9) como la calidad difiera del atributo (vea The New Thayers Greek-English Lexicon (Nuevo Lexicon griego-inglés de Thayers y debajo). Esta divinidad o naturaleza divina está también disponible a los humanos para que podamos poner la naturaleza de Dios (Col. 2:10).
Así afirmamos la naturaleza divina de Cristo.
3.2 La naturaleza divina que Cristo compartía como humano ¿era ésta diferente a la que compartían otros seres humanos?
La respuesta es no. Él fue hecho semejante a nosotros en todo respecto (Hebreos 2:17 RSV), para que pudiésemos ser coherederos con él (Rom. 8:17; Gál. 3:29; Tito 3:7; Heb. 1:14; Heb. 6:17; 11:9; San. 2:5; 1Pedro 3:7).
3.3 El hecho de que Cristo fuese lleno de la naturaleza divina ¿significa esto lo mismo que ser lleno de la Deidad?
La respuesta es que aparentemente no. Thayer dice que la deidad (theot) difiere de la divinidad (theiot) como la esencia defiere de la cualidad o del atributo (Thayers, p. 288). La plenitud de la Divinidad habitaba corporalmente en Cristo (Col. 2:9). El texto así debería ser vertido como deidad o el estado de ser Dios. El significado es entonces que la plenitud de la esencia de Dios habitaba corporalmente en Cristo. Es esta plenitud o esencia que nos es dada para que todo hombre se revista de la nueva naturaleza de Dios (Col. 3:10). No hay ni judíos ni griegos sino que todos son de Cristo porque él es en todos (Col. 3:11). Él desarrolla a las personas a través del poder del Espíritu Santo, para que finalmente Dios sea todo en todos (1Cor. 15:28 Biblia de Jerusalén).
4. ¿Había un Dios o dos Dioses?
Ésta quizás es una pregunta equivocada. La Biblia es enfática en cuanto a que hay un solo Dios verdadero (Juan 17:3; 1Juan 5:20) y que Él sólo es inmortal (Timoteo 6:16). Juan 17:3 también afirma que Jesucristo es Su Hijo. Por lo tanto, Cristo es diferente del Único Dios Verdadero quien sólo es inmortal.
De este modo, la Biblia afirma la Singularidad de Dios y que el Único Dios Verdadero es El Padre. Este Padre es llamado Eloah en el Antiguo Testamento (Proverbios 30:4-5). También es llamado el Dios Altísimo (Génesis 14:18; Números 24:16; Deut. 32:8; Marcos 5:7). Él se diferencia de Cristo quien es el hijo.
Deuteronomio 6:4 dice. Shema Yishrael Jehovah Elohenu Jehovah Ehad.
Se asume, sólo por los Cristianos, que este texto, que significa: Escucha o Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor es Uno, de algún modo se refiere a dos seres y que Elohenu es un derivativo de la palabra plural Elohim. Elohim es en sí un derivativo plural de Eloah, el cual es singular. El término Elohenu es singular y sólo se refiere al Dios Altísimo, Eloah, quien es Dios el Padre (Prov. 30:4-5).
Las afirmaciones trinitarias para este texto carecen de base. La asignación del término Jehová tiene dos aplicaciones, como veremos más adelante. El comentario de la Soncino dice acerca de este texto:
El Señor nuestro Dios, El Señor es Uno. El Señor, quien ahora es nuestro Dios y no el Dios de otros pueblos, será a su tiempo reconocido como el único y solo Dios (Rashi). Es Uno, significa que “El Solo” es el Señor (Ibn Ezra). El texto dice “Nuestro Dios” porque Él llevó a cabo los milagros con Moisés (Nachmanides). Las letras finales ayin y daleth en las palabras hebreas oye (shema) y uno (ehad) están en Mayúscula para concentrar la atención en el pensamiento que contienen (Sforno).
Los milagros llevados a cabo con Moisés fueron hechos por el Ángel de la Presencia bajo dirección de Dios. Ningún hombre incluyendo a Moisés ha visto jamás a Dios o escuchado su voz (ver el artículo El Ángel de JHVH [024]). El uso del nombre Jehová es por delegación. Hay dos formas de Jehová. Las formas son DHS (Diccionario Hebreo de Strong) 3068 Jehovah y DHS 3069 Jehovih. Jehová es el nombre nacional judío para Dios y es vertido como el Señor (Adonai). DHS 3069 es usado después de DHS 136 Adonai y es pronunciado por los judíos como Elohim para evitar la repetición del mismo sonido que 3068, el cual es pronunciado Adonai. Este nombre vertido elohim es el nombre de Dios. Por lo tanto, Adonai Jehová es un ser subordinado y el Dios nacional de Israel. Jehovih Elohim es El Dios y el Dios de Adonai Jehová. Éste es el sentido de Salmo 45:6-7 y Hebreos 1:8-9. Jehová aparecía a los profetas y les transmitía órdenes de Jehovih Elohim o Jehová Elohim. El Mesías actúa en el nombre de Jehová Elohim (Miqueas 5:4). Éste es el Señor Dios, el Señor o Dios de los Ejércitos o Huestes (Amós 3:13; 4:13; 5;14; etc.). El Señor de los Ejércitos mandó a Jehová a las naciones. Esto es claro en Zacarías 2:8-9.
Zacarías 2:8-9 8 Porque así ha dicho Jehová de los Ejércitos: Tras la gloria me enviará él a las naciones que os despojaron; porque el que os toca, toca a la niña de su ojo. 9 porque he aquí yo alzo mi mano sobre ellos, y serán despojo a sus siervos, y sabréis que Jehová de los Ejércitos me envió. (RV)
Es claro aquí que Jehová es distinto de Jehová de los Ejércitos. Así Jehová de Israel actúa en el nombre de un Dios superior.
La entidad aquí que es el elohim de Israel está explicado más adelante en Zacarías como el Ángel de Jehová quien está a la cabeza de la casa de David. Los de la casa también se convertirán en Elohim.
Zacarías 12:8 En aquel día Jehová defenderá al morador de Jerusalén; el que entre ellos fuere débil, en aquel tiempo será como David; y la casa de David como Dios, como el Ángel de Jehová delante de ellos. (RV)
La palabra para Dios aquí es elohim. Por lo tanto, la casa de David será como Dios como el Ángel de Jehová a su cabeza. El ser que está a la cabeza de la casa real, los cuales son los elegidos, es el Mesías. Por cierto que el Mesías es identificado como elohim en Salmo 45:6-7 y Hebreos 1:8-9.
5. ¿Luego están estos elohim confinados a dos elohim o entidades?
La respuesta es no. Los Salmos muestran de modo absoluto que los elohim son un concilio.
El elohim juzga entre los elohim (Salmo 82:1). Este rango será extendido a los seres humanos (Salmo 82:6; Zacarías 12:8). Él es mayor que los otros elohim (Salmo 86:8). Dios es un gran rey sobre todos los elohim (Salmo 95:3) y debe ser temido sobre todos los elohim (Salmo 96:4). Dios debe ser venerado por los elohim (Salmo 97:7) por sobre quienes Él es exaltado (Salmo 97:9). El Jehová de Israel, el adon (singular) o Señor de Israel, es sobre todos los elohim (Salmo 135:5). Jehová Elohim Shebaot es un Jah o Dios poderoso (Salmo 89:8-9).
Por lo tanto, las entidades son distintas y más de dos. Hay un Elohim de los Elohim quien es objeto de alabanza y gratitud (Salmo 136:2). Este Elohim ungió al Mesías con óleo de alegría sobre sus compañeros. Estos compañeros son los elohim que son todos hijos de Dios. Cristo alcanzó su estado como un hijo de Dios en poder a partir de su resurrección de entre los muertos (Romanos 1:4). Él se despojó de la posición que tenía para ser elevado por encima de ella como Sumo Sacerdote (Hebreos 1:13-14; 2:5-6). Aquel que santifica y los que son santificados tienen todos un mismo origen. Por eso no se avergüenza de llamarlos hermanos (Hebreos 2:11). Todos serán elohim como hijos de Dios.
Como coherederos, nosotros también alcanzaremos este estado. Desde el comienzo de la Iglesia hemos sostenido esta doctrina. Ireneo sostenía que Salmo 82:1 se refería a los theoi o dioses (elohim) entre los que se incluían los elegidos, a saber, aquellos de la adopción (Against Heresies (Contra las herejías); Libro 3, cap. 6, Ante-Nicene Fathers (Padres Ante Niceanos), Vol. 1, p. 419).
6. ¿Cómo entonces hay múltiples elohim?
Los elohim son identificados como los Bene Elyon o hijos del Dios Altísimo. Éste ha sido comentado por muchos eruditos. Sabourin SJ, The Psalms Their Origin and Meaning (Los Salmos Su Origen y Significado), Alba House, NY, p. 72-74 nota estas aplicaciones y reconoce que, la existencia de los elohim como un concilio ha sido parte de la trama de la religión judía por milenios. No es un concepto nuevo. Lo que es nuevo es la afirmación de que el término elohim está confinado a dos seres. Esta afirmación es hecha por no Hebreos quienes son o bien Trinitarios o sus preliminares Binitarios.
Este entendimiento es llevado a su completa explicación en Apo. 4:1 a 5:14. El Concilio de los ancianos es el concilio interno de las Huestes o Ejércitos. El sacerdocio del Templo reflejaba al Sumo Sacerdote, que es Cristo (Hebreos 8:1-2) y los veinticuatro ancianos que rodean el trono de Dios quienes monitorean las oraciones de los santos (Apo. 5:8).
Así que los elohim son muchos. Había alrededor de treinta en el concilio interno y los Santos o qadosim o santos angélicos se entendía que eran una estructura interna y externa. Los santos o qadosim DHS 6918 se nombran en Salmo 89:1-8; Job 5:1 y Zacarías 14:5 y también incluye a humanos.
El concilio interno y externo se entendía que comprendía un numero de setenta y [dos] lo cual era representado por el Sanedrín o ancianos y luego por los setenta ordenados por Cristo (Lucas 10:1,17). El texto tiene hebdomekonta [duo] (vea Interlinear de Marshall) o setenta y [dos] pero se cuenta como setenta de igual modo al Sanedrín se lo consideraba como no sólo de setenta. Las naciones también se entendían que eran setenta por el número de cómo fueron asignados los concilios en Deut. 32:8.
El número de la Hueste iba desde este concilio de treinta y luego setenta a la estructura administrativa de la Hueste, la cual se entendía como los mil. Se entendía a partir de Job que uno de los mil debía expiar por los pecados de la humanidad, como un mediador (Job 33:19-24; esp. v. 23).
Los hijos de Dios eran conocidos como mensajeros o delegados o malak, vertido aggelos en griego y por lo tanto ángel en español. También eran conocidos como vigilantes (Daniel 4:13,17,23). Estos hijos de Dios también eran conocidos como elahhin, el equivalente a elohim, en caldeo. Su morada no era con la carne (Daniel 2:11).
Así los elohim o elahhin, el cual es el plural de Eloah o Elahh (caldeo) o Alá (árabe), son los hijos de Eloah. El Hijo específico que fue asignado para redimir a la humanidad fue nombrado en Prov. 30:4-5 como Su Hijo. Este ser era el Elohim de los Patriarcas y también era el Ángel de Redención de Génesis 48:15-16. El elohim que mantuvo a Jacob todos los días de su vida era también el ángel que lo redimió. Este Ángel de Redención era él de Job 33:23, uno de los hijos de Dios. Éste fue nominado para ser Sumo Sacerdote de la Casa de Dios y ser el “El Betel” o el “El” de la Casa de Dios (Gén. 28:10-22).
Hay por lo tanto múltiples hijos de Dios que comparten la naturaleza divina del Padre. El medio por el cual comparten la naturaleza divina sólo puede ser por la Luz que habría de venir al mundo para reconciliar a los hombres a Dios, y eso era el Espíritu Santo (Juan 1:9).
7. Luego los Trinitarios desde premisas basadas en la filosofía griega atacan la noción hebrea de expiación. Ellos afirman que el hijo que depende del Padre para su inmortalidad y existencia es “inferior” y de una “sustancia distinta a la del Padre” y “el hijo es por lo tanto, diferente al Padre”.
Estas afirmaciones son aseveraciones falsas y no Bíblicas, las cuales están basadas en premisas de filosofía griega referente a la capacidad de un igual para amparar o redimir a otro igual. Este concepto no tiene base alguna en la estructura del pensamiento hebreo basado en las leyes de Dios. Las aseveraciones son falsas y un ataque a todo el concepto de los sacrificios que eran una sombra del sacrificio redentor de Cristo.
Cristo entró al Lugar Santísimo con su propia sangre en vez de la sangre de toros. Él se ofreció a sí mismo (Hebreos 7:26-28). Él continúa en un sacerdocio perpetuo que permanece para siempre (Hebreos 7:24). Todo Sumo Sacerdote es ordenado para ofrecer dones y sacrificios (Hebreos 8:3). El Sumo Sacerdote entraba al Lugar Santísimo una vez al año y no sin sangre la que ofrecía por sí mismo y por los errores del pueblo (Hebreos 9:7). El Espíritu Santo daba a entender por esto que el camino al Lugar Santísimo aún no estaba abierto mientras el primer tabernáculo permaneciera en pie (Hebreos 9:8).
El sacrificio del inocente para reconciliar al inferior al superior era por lo tanto un proceso de pensamiento que era integral a la veneración hebrea y era una orden divinamente ordenada. El rechazo de la aptitud de este sacrificio era un ataque a la suficiencia del plan de reconciliación de Dios.
Para atacar la base de la teología hebrea y las promesas a Israel, los griegos debían socavar los conceptos de la superioridad de Dios por sobre los elohim o hijos de Dios. Para hacer esto debían elevar a Cristo a un plano de igualdad con Dios para que pudiesen afirmar que las leyes dadas por Dios por medio de la Torá podían ser alteradas. El concepto de los extendidos elohim sólo podía ser negado confinando el medio de infundir la naturaleza divina y aislarla como una entidad. De ese modo, en el Concilio de Calcedonia en 451, se llegó a afirmar que el Espíritu Santo debía ser entendido como una persona, ratificando una aseveración a medio formulada en el Concilio de Constantinopla en 381. El Concilio de Nicea en el 325 no había tratado este tema. El credo llamado el Credo de Nicea, atribuido a este concilio, es un invento posterior.
Para justificar los ataques a la ley, la divinidad de Cristo fue aseverada en las argumentaciones del Modalismo. Esto simplemente negaba que Cristo fuese una entidad distinta del Padre. Esto era tan obviamente inadecuado y tan obviamente una herejía que sólo fue aceptada en Roma y Alejandría. El Trinitarianismo trata de atacar la subordinación de Cristo y la dependencia de Cristo en el Padre para su vida como un sacrificio inadecuado. Esto se hace desde la premisa que sólo un igual puede favorecer a un igual. Ésta es una noción peculiar a los griegos, y niega todo lo que las Escrituras afirman. La palabra griega ágape, la cual se usa para referirse al amor de Dios, es una palabra prestada de la palabra hebrea DHS 160 'ahabah. Esta palabra ágape no apareció entre los griegos y su filosofía hasta que fuera escrita la Septuaginta (LXX). Por lo tanto, el concepto de amor filial y erótico dieron lugar a este proceso intelectual griego equivocado, el cual luego fue usado para atacar las Escrituras y eliminar la ley. La Trinidad es, en su fundamento filosófico, un ataque a las leyes de Dios. Cristo debe ser hecho un igual y co-eterno del Padre para justificar un cambio en la ley. El hecho de que esto sea bíblicamente indefendible es ignorado y los textos que desaprueban esta afirmación son ignorados, atacados, presentados en forma equívoca o traducidos de igual forma.
Un proceso de razonamiento en circulo es luego aplicado al concepto de que, si el hijo no es igual al Padre, ¿cómo entonces le pueden ser dadas gloria y honor, y en un sentido mal aplicado, veneración?
8. El razonamiento es equivocado. El punto en cuestión es un desarrollo necesario del Monoteísmo.
Definición: Un Ser es aquello que es o existe.
Axioma: Aquello que se sostiene que existe es necesariamente un Ser.
La Biblia sostiene las siguientes premisas:
Conclusión: por lo tanto todas las otras cosas que existen ya sean entidades o seres son un producto de la voluntad del Padre.
La Biblia sostiene que los hijos de Dios existen. Por definición, un Ser es aquello que existe. Por eso Dios y los hijos de Dios son Seres. A partir de la conclusión, los hijos de Dios son un producto del Padre. Cristo es un hijo de Dios, por eso Cristo es un producto del Padre. Él fue crucificado en debilidad pero vive por el poder de Dios y nosotros vivimos en él y somos preservados por el poder de Dios (2Cor. 13:4; 1Pedro 1:5).
El orden de precedencia no confiere rango. El rango se confiere por el poder y puede determinar el orden de precedencia. Dios solo existía antes del comienzo en perdurable perpetuidad, siendo inmortal (1Tim. 6:16). Dios es por lo tanto la fuente de todo poder, el cual Él confiere a los hijos (1Pedro 3:2). Los poderes que existen son ordenados por Dios (Rom. 13:1).
Porque Cristo y los hijos son productos del Padre, son de un rango inferior. Porque alguien es de un rango inferior no quiere decir que sea inferior en sustancia. A los hijos de Dios les es dado poder de parte de Dios siendo hechos imágenes de Dios y de una misma sustancia que Dios. El ser de una sustancia no confiere co-eternidad. El Padre por lógica es anterior al hijo o en caso contrario no hay nada que pueda ser predicado a tal relación dentro del significado del lenguaje. La creación física está destinada al deterioro y muerte. Por lo tanto, los hijos físicos son de una sustancia diferente. Por eso los físicos debían nacer de nuevo para entrar al Reino de Dios (Juan 3:3). Todos los que entran al Reino son nacidos de Dios (1Juan 4:7) y quienquiera que es nacido de Dios no peca porque es nacido de Dios (1Juan 3:9; 5:18). Estos hijos están destinados a convertirse en elohim como el Ángel de Jehová al frente de ellos (Zacarías 12:8) y a tener vida eterna (1Juan 5:11; 2:25) sobre la base de una obediencia como la que Cristo le mostró al Padre. En virtud de la impecable vida de obediencia de Cristo, su muerte y resurrección a espíritu como un hijo en poder (Romanos1:4), él ahora es inmortal (Hebreos 5:6,8-9) y a la diestra de su Dios en poder (Efesios 1:17-23). Esto fue mediante el Espíritu Santo.
Lo que Dios crea, Dios puede destruir. Por lo tanto, los desobedientes pueden ser destruidos por la eternidad también (Apo. 20:15).
Así Cristo es inmortal como un elohim sentado a la diestra del Padre, como Sumo Sacerdote, pero no es de un rango igual al del Padre. Él no es ni igual ni co-eterno salvo por delegación del Padre que le confiere todas las cosas (1Cor. 15:24; Apo. 12:5; 19:15).
Espiritualmente y biológicamente, todos somos hijos de Dios pero fuimos creados para ejercitar Su poder por delegación como los elohim (Zacarías 12:8; 1Juan 5:11; 2:25).
Cristo no tiene vida inherente en sí mismo. Ésta es una afirmación falsa hecha por los Trinitarios en contradicción a Juan 5:26:
Juan 5:26, Porque, como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo (B. Jerusalén).
El hijo tiene vida en sí mismo por dirección del Padre, y así lo tenemos todos. Por lo tanto, Cristo existe por dirección del Padre.
El afirmar que Cristo siempre existió y siempre existirá niega el don de Dios por la obediencia de Cristo. Es contrario a las Escrituras citadas anteriormente y niega a 1Timoteo 6:13 en donde Dios da vida a todas las cosas.
1Timoteo 6:16 con claridad dice que sólo Dios es inmortal y que ningún hombre le ha visto jamás ni tampoco puede. Él habita en luz inaccesible siendo visto sólo por los seres espirituales. Por esta razón, los Trinitarios tratan de hacer ver que el Padre y el Hijo son aspectos del mismo Dios. Por eso la doctrina de la Monarchia y la Circumincesión (Nota: Herejía del siglo II, iniciada por Noeto). A partir de estas lógicas absurdas se sostiene que Cristo es distinto pero no separado.
9. La Doctrina del Anticristo.
Vale la pena en este punto ver la Doctrina del Anticristo en 1Juan 4:1-2.
1Juan 4:1-2 1 Queridos no os fiéis de cualquier espíritu, sino examinad si los espíritus vienen de Dios, pues muchos falsos profetas han salido al mundo. 2 Podréis conocer en esto al espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa a Jesucristo venido en carne, es de Dios, (B. J.)
El sentido de este versículo ha sido alterado. Las afirmaciones hechas por los Modalistas, los cuales más tarde dieron paso a sus descendientes los Trinitarios, intentaban afirmar que Cristo no murió propiamente y que parte de él permaneció en el cielo como Dios. Ésta es la herejía que enfrentaba a Juan y a la cual él se refiere. Este texto fue modificado por los Modalistas y Trinitarios en una fecha temprana porque los identificaba con la doctrina del Anticristo. El texto antiguo correcto puede ser identificado en Ireneo (Cap. 16:8, Ante-Nicene Fathers (Padres Ante-Niceanos), Vol. 1, p. 443).
Por esto conoceréis el espíritu de Dios: Todo espíritu que confiese que Jesucristo vino en la carne es de Dios; y todo espíritu que separa a Jesucristo no es de Dios sino del Anticristo.
Sócrates el historiador dice (VII, 32, p.381) que el pasaje ha sido corrompido por aquellos que deseaban separar la humanidad de Jesucristo de su divinidad.
10 Algunos problemas y soluciones trinitarios comunes.
10.1 Los términos creando, comenzando, generando y unigénito son confundidos y mal empleados para obscurecer los textos. En Apo. 3:14, se dice que Cristo es el comienzo (arche) de la creación de Dios. En la NIV está traducido como el principal para pasar por alto la implicancia de que Cristo es creado. El uso del término arche, lo cual significa comienzo, principio, es importante en vista de la teología primitiva de los Gnósticos. La palabra arche es usada con precisión y significa comienzo o principio (vea el artículo El Espíritu Santo [117]).
La palabra relacionada con la creación también es prototokos donde, en Colosenses 1:15, se afirma que Cristo es la imagen del Dios invisible, el prototokos de toda la creación. Aquí está vertido como el primogénito. Prototokos es usado como uno de una serie. Cristo era el primogénito de la creación del reino espiritual. Él era el primogénito o prototokos de Maria (Lucas 2:7). Mateo 1:25 se refiere a Cristo como su primogénito o prototokos en el Receptus.
Mateo 1:25, Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre Jesús. (RV)
El Receptus dice que ella tuvo el hijo de ella, su primogénito. Y ella le puso por nombre Jesús (Joshua). Esto ha sido omitido de textos modernos basándose en evidencias muy poco consistentes. La Companion Bible en este texto en relación con el primogénito de María dice:
Estas palabras son citadas por Tatiano (A.D. 172) y doce de los padres anteriores al siglo 4; y están presentes en casi todos los MSS exceptuando el del Vaticano y el Sinaítico (siglo 4). Todos los textos modernos omiten “su primogénito” basándose en esta evidencia poco consistente y sospechosa.
Es en realidad una evidencia poco consistente y sospechosa. La Mariolatría emanó tanto de Siria como y especialmente de Roma a partir de los siglos más recientes. Era necesario negar que María tuvo otros hijos para poder establecer su divinidad también. Lucas no podía ser alterado pero no era tan claro y peligroso como era el texto en Mateo. El hecho de que Cristo tuviese hermanos y hermanas es bíblicamente innegable a partir del texto de Mateo 13:55 y Marcos 6:3.
Los hermanos de Cristo eran Santiago, José y Simón y Judas, (no Iscariote). Sus hermanas también son mencionadas en Mateo 13:56 y Marcos 6:3 pero no por nombre (vea también Mateo 27:56). Santiago es mencionado también en Marcos 16:1 y Judas es mencionado en Lucas 6:16. Él y el Iscariote son diferenciados cuidadosamente. Se refiere a Judas como el hermano de Santiago en razón de la naturaleza post-resurrección de los textos.
Por el uso de prototokos, no hay duda de que Cristo era visto como el primero de una serie por tres razones. Él es el primogénito de la creación (Col. 1:15). Él es el primogénito de los hijos de María (del anterior) y él también es el primogénito de los muertos (Col. 1:18). Nosotros también somos conformados en la imagen de Cristo, que es la imagen de Dios, de modo que él es así el prototokos o primogénito entre muchos hermanos (Rom. 8:29).
El uso de prototokos es como el primero de una serie. Se usa inconsistentemente porque los Trinitarios evitan las consecuencias de este texto cuanta vez es posible. El término prototokos también es usado en Hebreos 1:6 cuando Dios introduce al primogénito en el mundo. Hebreos 1:5 cita a Salmo 2:7 mostrando que David comprendía la relación de hijo del Mesías.
La distinción es importante. Cristo era el primogénito de la creación espiritual. También era uno entre muchos hijos de Dios, sin embargo él era el único hijo o elohim que nacería. Por lo tanto se lo nombra como el monogenes theos o único dios nacido en Juan 1:18. El Receptus lo vierte como monogenes uion o único hijo nacido para evitar las implicancias de monogenes theos pero primitivamente el término era aceptado como monogenes theos. Él era por lo tanto el primogénito de la creación pero el único de los hijos de Dios que nació. Todos nacemos de nuevo a la posición de hijos de Dios sin embargo prototokos sólo es usado para Cristo en relación con los muertos.
Cristo es por lo tanto el único dios que nació pero el primero de la creación de los elohim o theoi. Pablo dice que hay muchos theoi y muchos kurioi sin embargo para nosotros hay un solo Dios El Padre, de quien son todas las cosas y un Señor Jesucristo (1Cor. 8:5-6).
Por lo tanto hay un solo Dios verdadero que es el Padre (Juan 17:3).
10.2 Los Trinitarios sostienen que hay una diferencia entre los otros hijos de Dios, que son los ángeles y Cristo. Éste es clásico anterior razonamiento. Cristo fue elevado por encima de la Hueste angélica por su resurrección de entre los muertos. Todo el texto de Hebreos trata sobre su degradación por debajo de los ángeles y su ascensión por encima de ellos. Que eso no fue siempre así se ve por Hebreos 1:3-4.
Hebreos 1:3-4 3 el cual siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quién sustenta todas las cosas con su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, 4 hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó mas excelente nombre que ellos. (RV)
Hebreos 1:5 se refiere al hecho de que él era el único que había sido engendrado (gegeneka) por Dios. Pero era el prototokos que fue traído al mundo. Él había sido ungido con él óleo de alegría más que sus compañeros (metoxous) (Salmo 45:6-7; Hebreos 1:8-9). Los ángeles son espíritus ministradores enviados para servir, a favor de aquellos que obtendrán la salvación (Hebreos 1:14). Este texto ha sido interpretado como denigrante para la posición de la Hueste y de ese modo hacer imposible que Cristo haya sido un igual de la Hueste y para ellos que sean iguales a los escogidos. Esto es una interpretación absolutamente equivocada del texto de Hebreos. Hebreos es calificado por el testimonio de Cristo, quien sostiene que los seres humanos serán iguales a los ángeles (isaggelos; Lucas 20:36). Cristo nos confesará delante de los ángeles de Dios (Lucas 12:8-9) quienes son nuestros hermanos (Apo. 12:10).
Es por lo tanto aparente que Cristo debió expiar por el pecado en dos niveles y fue hecho Sumo Sacerdote y Rey sobre los reinos tanto espiritual como físico.
El hecho de que los ángeles le sean subordinados a Cristo no significa que Cristo sea igual a Dios ni tampoco que nosotros estaremos en un plano diferente o que seremos de una sustancia diferente ni de Dios o de Cristo o los ángeles. Todos seremos hijos de Dios como ellos aún son hijos de Dios. Ellos son de una sustancia con el Padre como lo es Cristo y como nosotros somos, consustanciales con el Padre (ver el artículo Consubstancial con el Padre [081]).
Nosotros tenemos el Espíritu Santo y por esa razón somos consustanciales con el Padre. Dios se está reproduciendo a Sí mismo y el hecho es que tiene la intención de ser todo en todos (Efesios 4:6; 1Cor. 15:28, ver también interlineal griega de Marshall, el texto principal). Siendo creados, por extensión, nos convertimos en una misma sustancia con el Padre, tal como ocurre con todos los hijos de Dios. Por definición, la plenitud de la deidad morando en el individuo da la aptitud para ser Dios en los hijos. Ellos son entonces, por definición, de la misma sustancia. El hecho de la generación o creación no necesita una diferenciación en la sustancia. Ni tampoco se sostiene en parte alguna en la Biblia que tal debe ser el caso.
Todos somos partícipes de la naturaleza divina (2Pedro 1:4). No obstante este hecho no confiere automáticamente eternidad o autoridad. Más aún, eternidad conferida a futuro, no implica que la misma eternidad existiera siempre. Es conferido por Dios pero no existía en Cristo o la Hueste ab-origine o desde el principio. Por lo tanto la co-eternidad y la co-igualdad, no son conferidos en ser alguno por el hecho de ser partícipes de la naturaleza divina y la sustancia del Padre. Por lo tanto, sólo Dios es inmortal (1Timoteo 6:16).
Afirmar que Cristo es Dios verdadero es una herejía, que quebranta el primer mandamiento. Hay un solo Dios verdadero (Juan 17:3, 1Juan 5:20) y Jesucristo es Su Hijo. Cristo no es Dios verdadero. Entonces, si él fuese, por definición, habría dos Dioses verdaderos, y por lo tanto, el NT sería falso. El afirmar la existencia de dos Dioses verdaderos es rechazado por los Trinitarios. Las únicas personas que afirman una falsedad tal contraria a la Biblia, son los grupos conocidos como Binitarios, los cuales caen en la trampa lógica, montada por los Trinitarios. El Binitarianismo es una aberración no muy antigua. Generalmente se encuentra entra personas de antecedentes trinitarios, que llegan a ver, en la Biblia, la falacia del Trinitarianismo pero no obstante no desean parecer impíos en términos trinitarios, dando la impresión de disminuir la posición de Cristo. Esta posición es por supuesto absurda, e ignora las Escrituras. El Binitarianismo es por lógica politeísta, esa es la causa por la cual el Trinitarianismo fue conducido a la negación de la separación de Dios y Cristo en la Divinidad. Por lo tanto, se sostiene que ellos son distintos pero no separados. Esto es en términos bíblicos, un disparate. La Biblia es absolutamente clara en que hay un solo Dios verdadero y que Él es el Dios y Padre de Jesucristo y el Dios y Padre de todos nosotros (Juan 20:17).
Cristo no es un igual del Padre (Mateo 19:17; 20:23; Marcos 13:32; Juan 12:29; 14:28; 1Cor. 3:23; 11:3; 15:28).
Cristo no es co-eterno con el Padre (1Timoteo 6:16). Sólo Dios existe más allá del tiempo, esto es, antes del principio, ya que el tiempo es una relación entre dos o más objetos.
Sólo Dios es alfa y omega, el primero y el último: Yo soy el alfa y la omega, el principio y fin, dice [el] Señor el Dios (Apo. 1:8) El artículo definido antes de ¨Dios¨ no está en los textos.
La existencia como alfa y omega es como alguien que es y que era y que ha de venir. Él es el Todopoderoso. Éste es Dios el Padre hablando. Dios le dio a Jesucristo el libro de Apocalipsis, para que fuese revelado a sus siervos.
Por lo tanto Cristo no es omnisapiente, ni como hombre (Marcos 13:32) o como ser divino (Apo. 1:1).
Por lo tanto, los atributos de Dios son por delegación. No obstante somos todos elohim, hijos del Altísimo, todos nosotros (parafraseando el Salmo 82:6) y la Escritura no puede ser quebrantada (Juan 10:34-35).
Cristo y todos los elohim están subordinados a Dios y actuando por delegación. La inferioridad percibida, que se extrae de esta posición por los Trinitarios, está, como hemos visto, relacionada con la necesidad de elevar a Cristo para eliminar la necesidad de la observancia de las leyes de Dios. Sin embargo, el pecado es la transgresión de la ley (1Juan 3:4), la cual es la perfecta ley de libertad (San. 1:25) por la cual somos juzgados (San. 2:12).
También, el razonamiento más absurdo es sugerir, tal como por necesidad del Trinitarianismo se hace, que un ser pueda ser su propio Sumo Sacerdote. Un razonamiento tan vano y errado excluiría a tal ser del título de Dios.
Por la posición arriba mencionada, en relación con Dios, Cristo y los Ejércitos, como hijos de Dios, no hay dificultad en ver los aspectos de la creación, por delegación, bajo la voluntad y poder del Padre. A partir de este poder conferido, Cristo crea, tal como vemos en Colosenses 1:16-18. De este modo, Cristo también se convierte en heredero de los atributos apartados para su herencia, tal como vemos en Isaías 9:6. Cristo asimismo puede ser un padre eterno porque hay muchas paternidades en el cielo y la tierra (Efesios 3:14). La palabra aquí traducida como familia es patria o paternidad. Por lo tanto, el título de padre ya sea de casas o de la Casa de Dios es un título delegado, designando la máxima responsabilidad del que ostenta el cargo.
Cristo es el primogénito de toda criatura. Tratar de afirmar a partir de esto, que esto no significa que fuese un ser creado, convierte en disparate a la filosofía aceptada del lenguaje. Ésta es la clásica incoherencia trinitaria.
Cristo es el Mesías de la línea de Judá y heredero de las promesas de Dios. Él es el heredero del trono de David. David no hereda nada de Cristo. David es parte de la genealogía del Mesías junto a la cual él es co-heredero, tal como todos los hijos de Dios son a partir de la resurrección. Un heredero es solamente un prototokos o primogénito de una serie, si es que es el primogénito, y tal posición le pertenece a Cristo a partir de su resurrección de entre los muertos, como hijo de Dios en poder (Rom. 1:4). Todos en la serie son herederos en términos bíblicos, tal como vimos anteriormente. Dios nos habló por Su hijo a quien designó heredero de todas las cosas, pero nosotros somos coherederos, tal como vimos por varios de los textos anteriores (por ejem. Rom. 8:16-17).
Los atributos de Dios son conferidos por Dios debajo de Su voluntad. Cristo participa en la naturaleza divina, tal como todos lo hacen. Así es que todos seremos elohim o theoi o dioses, no obstante no somos iguales ni co-eternos en un sentido retroactivo aún cuando se nos concede la vida eterna porque conocemos al único Dios y Su hijo Jesucristo (Juan 17:39). Se nos concede asir la vida eterna (1Timoteo 6:19) como herederos en esperanza (Tito 3:7).
Cristo, aprendiendo obediencia por todo lo que sufrió, siendo perfeccionado, se hizo, a todos aquellos que le obedecen, la causa (texto principal de la Interlineal de Marshall) de salvación eterna, siendo designado por Dios un Sumo Sacerdote, según el orden de Melquisedec (Hebreos 5:8-10). De este modo Cristo fue perfeccionado y por su obediencia nos capacitó a todos para obtener la vida eterna. La vida eterna nos ha sido prometida por Dios (1Juan 2:25). Sólo Dios es inmortal. Nos dio el don de la vida eterna (1Juan 5:11-13). Esto es el Dios verdadero y la vida eterna (1Juan 5:20).
Todos nosotros estamos hechos a imagen de Dios, tanto los seres físicos como los espirituales (Génesis 1:26-27). El Espíritu Santo era la dimensión perdida que había de ser introducida al mundo, tal como vemos en Juan 1:9. Cristo no era esa luz ni era el autor de la luz. Dios es la fuente de la luz y la luz es el poder de Dios que conocemos como el Espíritu Santo. Cristo, como el instrumento de salvación eterna de Dios, fue preanunciado por los profetas (Jeremías 23:5-6; Isaías 43:11 vea Lucas 2:11; Isaías 45:15-24). Dios glorificó a Cristo, como hemos visto por su obediencia, quien se humilló a sí mismo hasta la muerte, otorgándole un nombre y autoridad el que está sobre todo nombre (Fil. 2:5-11). Por lo tanto, el derecho del Padre de conferir autoridad es innegable. Inferir igualdad a partir de este texto es absolutamente errado. Nunca en etapa alguna de su vida Cristo dijo que era Dios, y por cierto se refería al Padre solamente como Dios. Juan y Pablo fueron inflexibles en cuanto a que nadie ha visto a Dios, aunque Cristo fue visto y oído por miles.
Él vino en nombre de su Padre y ellos no lo recibieron (Juan 5:43). Él fue aquel profeta del cual habló Moisés (Deut. 18:18-19).
Deuteronomio 18:18-19 18 Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y les hablará todo lo que yo le mandare. 19 Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta. (RV)
El Mesías habla en el nombre de Dios pero él no es Dios. Él es un elohim, uno de los hijos de Dios, pero él no es Eloah quien es El Dios (ton theon) quien es Dios el Padre del Nuevo Testamento. Cristo fue fiel a Él que lo hizo (lit. fiel que es al que hizo le, Hebreos 3:2; N.T. Interlineal griego español, Francisco Lacueva; poesanti es traducido como designado por los Trinitarios). Poeio o hecho es el sentido en el cual era entendido y discutido en el Concilio de Nicea.
La fe trinitaria, tal cual es expresada en credos, como él de Nicea, es en contra de los principios de la fe, tal como son expresados en la Biblia.
La historia de los Concilios de Nicea, Constantinopla y Calcedonia y los credos ulteriores serán el tema de artículos futuros.
El Credo de Nicea intenta afirmar una serie de premisas falsas que son negadas por la Biblia. En esencia trata de implicar que Cristo es el único hijo de Dios cuando esto es falso, como hemos visto. La afirmación en cuanto a que Cristo es de una sustancia con el padre nuevamente trata de hacer una distinción entre Cristo y todos los otros seres. También intenta afirmar que él es un Dios verdadero, lo cual por los numerosos versículos citados anteriormente, es una descarada blasfemia. Cristo es una piedra de tropiezo y una roca de ofensa. Los Trinitarios no entienden la profecía y el sacrificio. Cristo es una
piedra de tropiezo y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual también fueron destinados, Mas vosotros soís linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anuncies las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia. (1Pedro 2:8-10).
Hay un solo Dios verdadero (Juan 17:3; 1Juan 5:20) que es el Padre y Dios de Jesucristo, y el Dios y Padre de todos nosotros (Juan 20:17). Nadie ha visto jamás a este Dios, ni escuchado Su voz ni nunca podrán verlo. Él mora en luz inaccesible y sólo este Dios es inmortal (1Timoteo 6:16). Él le confiere a todos los que le obedecen la capacidad de ser hijos de Dios (Rom. 8:14; Gálatas 4:5-6; Hebreos 2:10; 1Juan 3:1-2; vea Hebreos 5:9) y así elohim (Zacarías 12:8) o theoi. Por lo tanto, Dios es Uno.
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