El Mensaje de Sábado

Por Wade Cox

Luna Nueva 1/03/28/120

 

Estimados amigos, 

Esta Luna Nueva del Tercer Mes, procedemos como de costumbre a la semana del Pentecostés, que es la Fiesta de las Semanas.

La próxima semana, Pentecostés caerá en el Octavo Día del Tercer Mes, que es el Primer Día de la semana llamado Día del Sol (Sunday) o domingo por los paganos. Muchos grupos religiosos lo guardan y todavía parece que no apoyan para nada las Leyes de Dios o la estructura de la Biblia. Durante este período, tenemos que tratar sobre qué es lo que manifiesta el Espíritu Santo y sus obras en Pentecostés. Tenemos que saber como la Iglesia de Dios es capaz de discernir sus obras y proteger a su propia gente en la ejecución de aquellas obras.

Para la Luna Nueva, hablaremos sobre la protección de la Iglesia y los hermanos en las obras del Espíritu Santo.

Durante el siglo veinte, las Iglesias de Dios pasaron por una de las fases más extrañas de su historia de dos mil años. Se desarrollaron nociones completamente extrañas de la historia de la Iglesia, y fuimos testigos de que se introdujo un sistema de lavado de cerebro y elitismo de tal modo que se enfrió todo amor del uno hacia el otro. Se le enseñó a la gente a guardar lealtad hacia un ministerio de modo que no importaba lo que ellos dijeran pues de vez en cuando anularía los estándares fundamentales de la moralidad de la Iglesia en sus relaciones del uno hacia el otro.  Se metió en las Iglesias de Dios un espíritu de “yo soy bueno, sin embargo ustedes no son buenos”. Ampliándolo un poco, era: “Mi pequeño grupo es bueno pero ustedes no son parte de mi grupo asi es que ustedes no son buenos, y aquellos asociados a ustedes fuera de mi grupo tampoco son buenos”. Se desarrolló un espíritu de pandillas y el abuso hacia los hermanos se volvió endémico.

Este modo de pensar a menudo se desarrolla en la sociedad entre grupos dominantes de la iglesia y el resultado final es la persecución y la guerra. Sin embargo, no debe ser así entre nosotros.

Este modo de pensar es homicida. Por último, esto conduce a que las personas se ataquen unas a otras y destruya a aquellas que se identifican no ser parte de la pandilla. Esto ha provocado y provoca un espíritu de difamación entre las Iglesias de Dios. Por último, afecta a la ética y a la moral de todas las Iglesias de Dios, de tal manera que se divorcian de todo lo que sea de estructura ética bíblica sana y comienzan a difamarse los unos a los otros generando odio entre ellos. Entonces, continúan con la difamación poniendo por escrito lo que a ellos se les ha condicionado a aceptar como comportamiento normal en su conducta social verbal.

Está escrito que no quedará impune ningún testigo falso.

¿Qué se espera de nosotros? ¿Por qué a menudo somos tan débiles para tratar con esta forma de difamación entre nosotros mismos? Esto a veces proviene del acondicionamiento de nuestras organizaciones en los pasados cincuenta años. También se ve afectado por el espíritu de humildad existente entre los hermanos. Las Iglesias de Dios también han sido condicionadas para aceptar y tolerar el abuso entre unos y otros con la sanción de la supuesta autoridad. A algunas Iglesias de Dios se las identificó de manera correcta como organizaciones abusivas en los pasados cincuenta años. Algunas personas no son normales y entran a nuestra institución con el objetivo de atacar y destruir a las Iglesias de Dios y a sus trabajadores por medio de la difamación. Esta gente a menudo aparenta pertenecer a nuestra iglesia a fin de conseguir lo que planea.

Todos nosotros debemos saber identificar estos procesos y, utilizando procedimientos bíblicos, debemos poder sacarlos a la luz. Aire fresco y luz del sol, como dice un antiguo dicho popular, es el mejor antiséptico.

Debería sonar una alarma de advertencia en ustedes cuando alguien comienza a atacar a uno de los miembros de la Iglesia. No importa si esto sucede durante los servicios, en el foro de la Iglesia, en foro público, en alguna actividad social, o en privado. Ustedes deberían traerlos a razón haciéndoles una pregunta simple: ¿“Ha ido donde su hermano?”. Si la respuesta es “no”, entonces insistan en que ese procedimiento debe ser el que se siga. Si lo han hecho y la persona no reacciona, entonces lleven a un testigo.

Si no hay respuesta, entonces lleve el asunto ante la Iglesia. Si la persona no oye a la Iglesia, entonces deben ser retirados como infieles. No debe permitirse que ningún tema sea llevado a difamación y/o chisme.

El procedimiento está claro y detallado en Mateo, capítulo 18 y en la Constitución de la Iglesia.

Cristo identifica claramente que la difamación es un indicador de los no convertidos.

Tener al Espíritu Santo no significa que uno se tiene que reducir al nivel de un felpudo.  Incluso, cuando uno está casado con alguien no significa que su pareja pueden regir su vida espiritual. Hemos visto a menudo que cónyuges llevan su relación al límite a fin de tratar de sacar a sus compañeros de la Iglesia cuando la simple difamación ya no les funciona. Amenazan con abandonarlos y hasta pueden irse de sus casas un par de veces. La respuesta es que deben dejarlos ir. La Biblia es completamente clara en que mientras los cónyuges no convertidos consientan en quedarse, entonces permanezcan con ellos. Cuando ellos ya no lo desean así, entonces ya no tienen obligación de seguir unidos.

No hay que asumir que porque una persona fue bautizada en las Iglesias de Dios ella fue necesariamente convertida. Su división de la palabra de Dios y su comportamiento es el signo de su conversión. Las herejías o los errores se permiten entre nosotros para mostrar quién tiene la aprobación de Dios. A menudo los farisaicos son arrancados con errores obvios, o comportamientos odiosos que son obvios para todos excepto para ellos y sus iguales.

A menudo nuestra gente es demasiado débil para lidiar con los ataques contra la Iglesia y sus oficiales. El amor del uno hacia el otro comienza con tratarse unos a otros con cuidado y preocupación, mostrando que nos amamos unos a otros. Es normal en la sociedad que la gente defienda a los miembros de sus organizaciones; esto es un asunto básico de lealtad. Sin embargo, en las Iglesias de Dios, a mucha gente le enseñaron lo contrario. Permitieron la deslealtad y se les animó a ser desleales unos con los otros y de buscar favores con el ministerio temporal. El resultado fue que nadie tenía ninguna lealtad a nada y desarrollaron una ética y un comportamiento de lo más espantoso.

Trataremos con este aspecto en el mensaje del Pentecostés con base organizativa. Existe una situación ética muy seria que se desarrolla entre lo que llamaremos Los Locos del Rapto del pseudo Cristianismo norteamericano. Por el momento, nos concentraremos en el trato a los hermanos dentro de lo que se hace pasar por las Iglesias de Dios.

No deberíamos permitir un espíritu de calumnia pasar invicto en la Iglesia. Es algo endémico en las Iglesias de Dios y fue particularmente común y se desarrolló en el sistema de la WCG (Iglesia Universal de Dios) bajo Herbert Armstrong. El chisme y la difamación son el asesinato de la reputación de la persona a quien se difamó o se habló mal de ella. Amar es no permitir que se haga daño a un hermano o hermana  cuando ellos no están presentes para defenderse. No es simplemente que se debería sacar la cara por la Iglesia o los oficiales de la Iglesia. Deberían estar listos para proteger y defender a cada miembro de la Iglesia. Si ellos han hecho algo incorrecto, entonces insistan en que ellos reparen el mal de la manera correcta. Insista en que sus acusadores actúen de la manera apropiada.

Lo que es interesante es que vemos cada vez más el comportamiento ñoño en forma de escritura anónima o pseudo epigráfica, usando nombres falsos para esconder sus nombres reales y orden del día. Sus acciones son ataques hechos por calumniadores y chismes a través del Internet y otros medios. No toleren a estas medusas. Nunca dejen ni permitan que tal comportamiento se quede incuestionable. Si ellos atacan a sus hermanos, entonces los atacarán a ustedes cuando no estén presentes o cuando estén en un cargo de poder o de autoridad que sea una amenaza para ellos.

Algo que se espera es que a los líderes de la Iglesia se les ataque y difame.  Entonces,  también ustedes se les atacarán cuando sea su turno al ser designados a un cargo de responsabilidad. Cuando estemos demasiado viejos, entonces los ataques serán por parte de nuestros hijos que vienen después de nosotros.  Acabemos con este comportamiento en la Iglesia y no lo permitamos dentro de nuestra sociedad. No se refrenen en este asunto o sean débiles en defenderse los unos a los otros.

Esto no significa que tenemos que ser ciegos al pecado y la culpa. Asegúrense que sea manejado correctamente y con todo honor y seriedad. Nunca dañen la posición de su hermano y tampoco permitan que alguien más lo haga.

Lo que nos ha tomado mucho tiempo entender a muchos, es que nosotros somos la Iglesia de Dios y somos el Templo de Dios. El Espíritu Santo nos ha dado la administración de los Misterios de Dios. La Iglesia está formada por un grupo de individuos que son llamados fuera del cuerpo de la humanidad para ser entregados el entendimiento de la Voluntad de Dios dentro de una estructura social, un organismo viviente, que respira.

Lo que nos une es el entendimiento correcto de la Palabra de Dios. Si no fuera por aquel hecho, no estaríamos unidos como un cuerpo. Estaríamos dispersos entre las naciones sin ningún entendimiento del objetivo de Dios.

El objetivo de Satanás es el minar aquel cuerpo y aquel entendimiento, y atacarnos dondequiera y de cualquier manera que él pueda así hacerlo.

Satanás es el acusador de los hermanos. Siempre que vean el espíritu de acusación y de ataque en el trabajo, sabrán que Satanás ha sido el autor del ataque. Esto ha ocurrido siempre desde que Cristo comenzó el ministerio, y fue lo mismo con los profetas antes de él. La gente que alega adorar fanáticamente a Dios mató a los profetas. Los profetas fueron matados por aquellos que asistieron a los servicios cada Sábado. Los paganos no les prestaron atención. La Iglesia ha sido matada por los Fariseos en primer lugar, luego por los Rabinos, y finalmente por la supuesta iglesia Cristiana bajo los Trinitarios.

Hay un movimiento en marcha ahora para reforzar el paganismo de los viejos sistemas que estos falsos sacerdotes colocaron en el Trinitarianismo antiguo. Ellos están preparados a matar para lograrlo. Ese es el espíritu que entra en la Iglesia.  Ustedes deben prevenirlo y defender la fe una vez entregada a los santos, y esto significa el cuerpo de Cristo que son sus hermanos y sus hermanas.

Dios abre las mentes de las personas ahora, hacia la verdad de los sistemas religiosos que han destruido a nuestra gente del antiguo. No deje que Satanás confunda o dañe este trabajo de los Últimos Días. Mantengamos libres de acusadores a los hermanos.

Ámense los unos a los otros. No hay amor más grande que este; que pongamos nuestras vidas por el uno y el otro. 

 

Wade Cox

Coordinador General