El Mensaje de Sábado

Por Wade Cox

Sábado 28/3/28/120 

 

Estimados amigos, 

El Año de Sábado tiene varias aplicaciones que, en efecto, cambian la Ley con relación a su función en años normales. Una de las cosas que parece confundir a algunos es la aplicación de la legislación del diezmo con relación al Año de Sábado.

La función normal del Cuarto Mandamiento es mandar que todos los fieles tengan la obligación, no sólo de observar el Día de Sábado, si no la de trabajar los otros seis días de la semana. Así, el mandamiento abarca gran cantidad de conceptos. Como todos los mandamientos de Dios, están basados en los Dos Grandes Mandamientos. Estos dos grandes mandamientos se expanden a los diez, los cuales se expanden a todo el cuerpo de la Ley de Dios (ver el artículo La Ley de Dios [L1]). 

Sin embargo, el Año de Sábado permite que cada persona sea liberada de la obligación legal de trabajar semanalmente a lo largo de todo el año; esto es con la excepción de las Fiestas, los Días Santos y el permiso ocasional del trabajo otorgado por el funcionamiento normal diario de la sociedad.

El Año de Sábado requiere que la tierra descanse del cultivo comercial y para que sea usada para el descanso y el beneficio del pobre y el necesitado. A causa de la falta de obediencia a esta exigencia, Dios ha intervenido y ha enviado Israel al cautiverio a fin de conseguir el descanso necesario para la tierra y sus Sábados, como ocurrirá en el Milenio. 

Por la exigencia de abstenerse de la explotación comercial de la tierra y el cultivo anual durante este año, cada persona está exonerada de la exigencia de producir, por medio del trabajo normal, ingresos anuales sujetos a diezmo. Este año se separa para que cada individuo se dedique al estudio de las Leyes de Dios, así como la regulación y la puesta en práctica de las Leyes de Dios dentro de la estructura social de la sociedad. En la práctica, la persona puede separar el Año de Sábado para el estudio de un tema específico de su área o papel dentro de la sociedad. Esta práctica la usan las universidades en estos días, y es llamada año Sabático o estudios Sabáticos. 

Es un hecho que no toda la gente son agricultores y no todos dependen de los productos de la tierra. Dentro de la sociedad actual, la mayoría de la gente trabaja en base regular y sólo muy, muy pocos son lo bastante privilegiados como para que se les otorgue permiso Sabático pagado. Sin embargo, esto no limita la aplicación de la Ley o su interpretación para efectos de derechos del individuo conforme a Ley.

En la sociedad bíblica, regida según las Leyes de Dios, la persona tiene derecho a dejar su trabajo normal en ese año para dedicarse a estudiar las Leyes de Dios en particular. Es decisión del individuo si es que trabaja o no para contar con ingresos, que no provengan de cosecha comercial.

La tierra es así liberada y producirá de hecho lo que crezca en ella naturalmente. Es responsabilidad propia del individuo el determinar lo que constituye ingresos sujetos a diezmo. Hay también varias ordenanzas que implican los primeros frutos, y otras para la crianza normal de los rebaños. El hecho es que la mayor parte de personas en la sociedad de hoy no experimentan ningunos de esos problemas de los primeros frutos porque no regulamos la sociedad según lo que está dispuesto en la Biblia.

Dios nos dio la promesa que nos daría una cosecha triple en el año que preceda al Sábado y el Año de Jubileo. Esto era para asegurar el diezmo o los ingresos diezmables suficientes disponibles para permitirnos guardar el Año de Sábado y el Año de Jubileo. Esto sigue cada ciclo normal de Sábado, donde el Año de Sábado es permitido por la gracia de Dios en el Sexto Año o, a veces, hasta a partir del Quinto Año.

Hay así un mayor grado de libertad ofrecida al individuo en el Año de Sábado que la que habría por otro lado si fuese conforme a la Ley para cada año dentro del ciclo fuera del Sábado.

En consecuencia, el sistema de diezmo para el Año de Sábado está hecho de forma más libre que de otra manera sería experimentado. En el Año de Sábado, al individuo se le permite determinar la combinación de sus cosechas entre lo que crece de por sí y lo que son ingresos reales ganados.

En cada año, la Iglesia permite al individuo la libertad de determinar la red de ingresos sujetos a diezmo. Muchas Iglesias de Dios que funcionan bajo el sistema de diezmo no siguen esta práctica. Unos insisten que el diezmo pagadero es sobre los ingresos brutos antes de gastos; los negocios no funcionan y no pueden funcionar con este proceso. Esto es, de sí, un argumento complicado para determinar el procedimiento apropiado para fijación de la ganancia diezmable real.

La Iglesia lo ha dejado en manos de cada persona el cálculo de su red diezmable de sus ingresos en años normales. En Años de Sábado, dice que todas las sumas de dinero pagaderas a la Iglesia son clasificadas como ofrecimientos y esto depende de cada individuo el determinar lo que ellos creen sean sus ingresos responsables, libre de gastos, pagaderos a la Iglesia. En el Año de Sábado, el individuo no tiene que trabajar cada semana de acuerdo con el Cuarto Mandamiento. En un año normal, si un hombre decidiera simplemente tomarse libre el año y no hacer nada, él estaría violando legalmente el Cuarto Mandamiento; se requiere que cada persona, hasta el minusválido, haga lo que pueda para la promoción y beneficio de la sociedad en la cual vive. Sin embargo, en el Año de Sábado, los individuos son liberados de esta obligación y pueden usar el año para los estudios que han decidido emprender.

Así, también son libres de proporcionar a la Iglesia, a su trabajo, a su ministerio y a los pobres a su cargo sobre la base de ofrecimientos. Depende de cada individuo determinar qué ha sido separado del ingreso del Segundo Diezmo de los seis años anteriores y qué estará disponible en el Séptimo Año. La Iglesia no se ha implicado, ni lo hará, en ordenar los pagos ni de limitar la acumulación del ingreso del Segundo Diezmo para el gasto en el Año de Sábado.

Muchas personas de las Iglesias de Dios tienen problemas con este concepto. A muchos se les ha ordenado enviar todo su exceso del Segundo Diezmo a la iglesia cada año. A muchos se les ha ordenado enviar un Tercer Diezmo cada tres años a la oficina central de la iglesia y se les ha dicho que este diezmo es a parte del Segundo Diezmo, lo cual no es así.

El Tercer Diezmo es un nombre equivocado para el Segundo Diezmo del Tercer Año del Ciclo de Sábado. Cada Tercer Año del ciclo, el Segundo Diezmo debe ser pagado a la Iglesia para el fondo de los pobres (Fondos de Tercer Año) para permitir la asistencia de los pobres y los menos afortunados a las fiestas.

Uno de los juegos más deshonestos que hemos visto es el ataque sobre secciones de la legislación de diezmo y su implementación. Alguna gente que pretende pasar como miembro de las Iglesias de Dios y algunos que son y/o tratan de hacerse miembros de la CCG, de hecho Antinomianos, son los que han hecho esto. Realmente, ellos no apoyan mucho o nada de la Ley de Dios. Hemos tenido que dejar ir a esa gente debido a este pretexto y punto de vista, cuando sus puntos de vista finalmente surgieron. Nuestros puntos de vista en diezmar se encuentran enumerados en el artículo Diezmando [161].  Si no están de acuerdo con nosotros, no nos busquen diciendo que quieren unírsenos. Estarían siendo deshonestos.  

No nos disculpamos por la libertad y responsabilidad que ponemos sobre cada individuo para la determinación de su apoyo y ayuda a la Iglesia.

Se requiere que cada uno de nosotros apoye a la Iglesia, y a los pobres de la Iglesia, y posteriormente a la sociedad en la cual vivimos. En el Año de Sábado, se requiere que determinen los ofrecimientos que dan a la Iglesia tomando en cuenta lo que han ganado, lo que  han recibido por beneficio imprevisto, y lo que han recibido de fondos retirados de los ahorros del Segundo Diezmo de años anteriores. La Iglesia ha declarado que estos fondos son ofrecimientos. Así, pueden trabajar o no. Son libres de determinar sus ingresos y gastos, y las cantidades que proporcionan a la Iglesia para sus operaciones. En aquel sentido, son libres de formar su propio juicio en cuanto a la determinación correcta o incorrecta del balance de sus ganancias y obligaciones de diezmar.

La Iglesia tiene el poder conforme a la Ley para efectuar tales determinaciones, y cada uno de nosotros debería estar agradecido que no tenemos ninguna carga mayor colocada sobre nosotros.

Den según les sea posible dar y como hayan determinado darlo. Cumplan sus votos. Dejen que su sí sea sí y que su no sea no. No estén en desacuerdo con sus hermanos porque ellos tienen puntos de vista diferentes en cuanto a sus obligaciones y responsabilidades. Estén agradecidos que cada uno de nosotros es capaz de andar en la fe, de la forma en que somos capaces.

Lo que es más importante, no descuiden a sus hermanos ni a la Iglesia de Dios en la ejecución de sus tareas y responsabilidades en la Ley de Dios y la promulgación de la Fe. 

La legislación del diezmo es otro aspecto del amor de Dios y del amor del uno al otro. 

Muestren que aman a Dios demostrando como se aman los unos a los otros, quienes son la Iglesia de Dios.

 

Wade Cox

Coordinador General