Iglesias
Cristianas de Dios
[CB11]
Abraham
e Isaac:
Un
Sacrificio por la Fe
(Edición 3.0 20030202-20040529-20070123)
La decisión de Abraham de sacrificar a su hijo
Isaac fue una progresión en su vida que resultó en una de sus más sinceras y
dedicadas muestras de fe. Por esta razón, la siguiente historia contiene
valiosas lecciones tanto para niños como para adultos.
Christian Churches of God
Correo electrónico:
secretary@ccg.org
(Derechos de propiedad literaria ã 2003-2007 CCG, ed. 2004,
2007 Wade Cox)
Tr. 2008
Este documento puede copiarse libremente y distribuirse
con tal de que se copie en su totalidad sin alteraciones o tachaduras. Debe
incluirse el nombre del editor y dirección y el aviso de derechos de propiedad
literaria. Ningún cargo puede realizarse a los destinatarios de copias
distribuidas. Las citas breves pueden ser incluidas en artículos críticos y
revisiones sin interferir en los derechos de propiedad literaria
Este documento se puede obtener
desde los sitios internet:
http://www.logon.org/spanish/
y http://www.ccg.org/
Abraham e Isaac: Un Sacrificio por la Fe
[CB11]
Génesis 22:1-2 Y
Aconteció después de estas cosas, que tentó Dios á Abraham, y le dijo: Abraham.
Y él respondió: Heme aquí. 2Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, á
quien amas, y vete á tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno
de los montes que yo te diré. (RSV)
Imagínate, si
puedes, que fueras un padre al que se le ordenó estar en el lugar de Abraham o
un niño que fuera llamado por su padre para estar en el lugar de Isaac. La fe,
la voluntad, y el respeto requerido por un individuo para permitir a su padre
que lo sacrifique solo son superadas por la fe demostrada durante el sacrificio
de Cristo.
Es
interesante que el texto de arriba nos dice que Isaac es el hijo único de
Abraham cuando la Biblia nos dice que hubo otro hijo, Ismael (Gen. 16:15-16).
Su madre era Agar la sierva de Sarai. El Señor le dijo a Abraham que bendeciría
a Ismael y que sería el padre de doce
gobernantes (Gen. 17:20). Sin embargo, Dios establecería una alianza eterna con
Abraham por medio de Isaac y sus descendientes después de él (Gen. 17:19).
Isaac, como el hijo único de Sarai, era el hijo prometido.
El
sacrificio de Isaac fue un prototipo del sacrificio de Cristo, la diferencia es
que el sacrificio de Cristo fue más significativo y valioso. Lo que lo hace mas significativo es el hecho
de que Cristo se sometió a sabiendas a la voluntad del Padre de ofrecerlo en
sacrificio (Mat. 26:39; Jn. 6:38), mientras que Isaac no sabía que iba a ser
sacrificado. Por esto, Cristo es ejemplo de humildad completa y desinterés
personal por medio del cual la creación en su totalidad es expiada y redimida.
Abraham en este ejemplo es un prototipo del Dios
Padre. Él demostró absoluto desinterés personal en su voluntad de entregar a su
hijo al dios superior. Entregar un niño, especialmente un hijo único,
probablemente sea la tarea mas difícil que se le puede pedir a un padre. Aún así, Abraham estaba dispuesto a hacerlo
sin hacer ninguna pregunta. Por medio
del ejemplo de Abraham, Dios nos está dando una muestra de Su amor por cada uno
y todos en Su creación.
Sin embargo, a
diferencia de Dios nuestro Padre, Abraham no era perfecto y no siempre tuvo los
niveles de fe que se vieron en este último ejemplo en relación al sacrificio de
su hijo Isaac. Para poder darnos cuenta de la progresión de fe de Abraham,
debemos ver ejemplos anteriores en la
vida de Abraham.
Primero debemos
entender que Abraham era conocido como Abram y Sara
como Sarai (Gen.17:4-17), antes del establecimiento de la alianza entre Dios y
Abraham. Fue en este momento que Dios cambió sus nombres para reflejar la
bendición que Él les concedió. Abram se convirtió en Abraham, el padre de
muchas naciones y reyes. Dios dijo que
extendería la familia de Abraham para esta reflejara la arena del mar y las
estrellas del cielo (Gen. 32:12; 22:17). Esta bendición vino a través de su hijo Isaac. Esto es similar a como Dios
Padre extenderá Su familia y redimirá reyes y naciones para Sí mismo a través
de Su hijo, Jesucristo.
Cuando Abram tenía
75 años, Dios le dijo que dejara la tierra de sus ancestros y que viajara a la
tierra de Canaán donde sería bendecido y se convertiría en una gran nación
(Gen. 12:1-5). Durante su viaje a Canaán con su esposa Sarai, y su sobrino Lot,
una terrible hambruna los obligó a ir a la tierra Egipto en vez de a Canaán.
Cuando Abram se
aproximó a Egipto, se volvió temeroso de que los Egipcios vieran cuan hermosa
era su esposa Sarai, uno de ellos lo mataría y tomaría a Sarai por esposa.
Entonces Abraham
le dijo a Sarai, “Di que eres mi hermana, entonces me tratarán bien por ti y mi
vida será conservada (Gen. 12:11-13).
Abram
actuó de esta manera porque no tuvo fe en la promesa de Dios de que Él
multiplicaría su semilla y haría de él una gran nación. Si Abram hubiera realmente creído en esta promesa
de Dios, se habría dado cuenta que la promesa no podría cumplirse si Dios fuera
a permitir que el muriera en manos de los Egipcios. Si Abram hubiera muerto en
este momento, Dios habría roto Su promesa. Sin embargo, Dios no puede romper
Sus promesas, porque Él es el epítome de fidelidad y verdad (Deut. 7:9; 32:4).
Esto nos trae a
un punto importante. Necesitamos entender mejor lo que son las promesas de Dios para tener mas fe. Esto
significa que debemos estudiar la palabra de Dios en forma diligente para poder
encontrar lo que Sus promesas son para Su pueblo. Al hacer esto, y al creer en
lo que Dios dice tendremos mas fe. Necesitamos confiar más en Dios y no
depender de nuestros propios razonamientos y nosotros mismos. Esto nos alejará
del pecado porque al confiar en Dios y Sus promesas, no tomaremos las cosas con
nuestras propias manos. Normalmente, cada vez que tomamos las cosas con
nuestras propias manos terminamos pecando. Cuando pecamos, el resultado de ese pecado
puede tener un impacto negativo en otras personas, y no solo nosotros mismos.
Vemos un ejemplo de esto luego de que Sarai se hizo pasar por la hermana de
Abram para conservarle la vida.
Cuando el Faraón
vio a Sarai, planeó tomarla por esposa. El Faraón rompió la Ley de Dios porque
tomó a la mujer de otro hombre por esposa, aunque él desconocía este hecho en
ese momento. Por este pecado, Dios hizo que entraran plagas a la casa del
Faraón. Cuando el Faraón se dio cuenta por qué las plagas habían venido a él,
el Faraón se dirigió a Abram y le preguntó por qué no le había dicho que Sarai
era su esposa desde el principio. Entonces el Faraón ordenó que Abram, y todas
sus pertenencias se fueran (Gen.
12:14-20).
Abram pecó
porque entregó su esposa a otro hombre. El Faraón pecó aún sin saber la verdad. Por lo tanto, cuando el pueblo de
Dios no confía y no le obedece a Él, siempre pecan y pueden conducir a otros al
pecado también.
Teniendo en
cuenta esta experiencia, uno pensaría que
Abraham habría aprendido a tener fe en que Dios iba a asegurar su
seguridad, sin importar cuáles fueran las circunstancias. Sin embargo, este no fue el caso, como veremos en la próxima prueba de
fe de Abram.
Ahora Abram se
estableció con su familia en una tierra entre Betel y Ai. Ellos crecieron rápidamente en
riquezas y rebaños. Por ser
parte de la familia de Abram, Lot también consiguió una gran riqueza en rebaños
, a tal punto que sus pastores y los pastores de Abram comenzaron a pelear por
la tierra. Para poder conservar la paz, Abram le dijo a Lot que eligiera tierra
para habitar en cualquier dirección que él deseara. Abram entonces iría en la dirección opuesta. Lot eligió la pastura más verde, sin saber que lo que él eligió sería una fuente de
problemas para él después.
Mientras habitaron en esta tierra nueva, Lot y su familia fueron tomados prisioneros por un
rey extranjero. Cuando Abram supo del cautiverio de su sobrino, tomó 318 de sus
hombres y recapturaron a Lot y sus bienes. Después de la batalla, Abram se negó
a aceptar ninguna recompensa por su victoria. En vez de esto, el le dio todo al
rey de Sodoma, excepto un diezmo que Abram le dio a Melquisedec el rey de
Salem, que era un Alto Sacerdote de Dios. Esto nos muestra que Dios tuvo un
sacerdocio con continuidad en el planeta, hasta y más allá de Abram. Nunca hubo
un momento en el que este planeta estuviera sin la Ley de Dios, o sin un clero
que ejecutara esta Ley.
Abram conocía y
guardó la Ley de Dios con respecto al diezmo, que es por la cual él dio 10% al clero de Melquisedec. Esa Ley no
había sido brindada formalmente, aún así Abraham entregaba el diezmo por la fe,
porque luego de su retorno de Egipto, Abram estaba convertido.
Después de todas
estas cosas, la palabra de Dios vino a Abram diciendo,
Génesis 15:1-6 "1 No temas, Abram; yo
soy tu escudo, y tu galardón sobremanera grande. 2 Y respondió Abram: Señor
Jehová ¿qué me has de dar, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi
casa es ese Damasceno Eliezer? 3 Dijo más Abram: Mira que no me has dado prole,
y he aquí que es mi heredero uno nacido en mi casa. 4 Y luego la palabra de
Jehová fue á él diciendo: No te heredará éste, sino el que saldrá de tus
entrañas será el que te herede. 5 Y sacóle fuera, y dijo: Mira ahora á los
cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu
simiente. 6 Y creyó á Jehová, y contóselo por justicia
(RSV)
Pasaron algunos
años después de que estas cosas le fueron dichas a Abram. Y cuando el tenía 99
años, la palabra de Dios vino a él nuevamente.
Genesis 17:1-4 “1 Y Siendo Abram de edad de noventa y nueve años,
aparecióle Jehová, y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí,
y sé perfecto. 2 Y pondré mi pacto entre mí y ti, y
multiplicarte he mucho en gran manera. 3 Entonces Abram cayó sobre su rostro, y Dios habló con él diciendo: 4 Yo,
he aquí mi pacto contigo: Serás padre de muchedumbre de gentes:(RSV)
Si continuamos
leyendo, vemos que al recibir nombres nuevos, tanto
Abraham como Sara recibieron la renovación de la promesa bendición en una
escala mucho más grandiosa. Aún así Abraham continuo dudando de Dios.
Al darse cuenta
que se convertiría en padre a la edad de 100 años, Abraham se postró cara abajo
y comenzó a reírse (Gen. 17:17). Puede parecer una gran falta de respeto reírse
abiertamente de las palabras de Dios. Sin embargo, es humanamente comprensible
encontrarse uno mismo riendo con incredulidad, si solo vemos las cosas en un
nivel físico. En el caso de Sara (Gen. 18:10-13), cuando ella escuchó el
anuncio de los tres desconocidos angelicales que llegaron a su hogar, Sara
también se rió de la idea de tener un hijo a su avanzada edad. Humanamente esto
no era posible, porque Sarah, que tenía cerca de 90
años, había pasado hacía mucho tiempo la edad de poder engendrar un niño (Gen.
18:11). Sabiendo este hecho, ambos rieron, sin darse cuenta del poder de Dios
para ejecutar Su voluntad.
Cuando analizamos las cosas físicamente, limitamos
a Dios, quien no está limitado por nada excepto el pecado, que Él no es capaz
de realizar. Cuando limitamos a Dios, estamos pecando, porque lo estamos
rebajando a nuestro nivel humano, un nivel de limitaciones e imperfecciones. Como vemos por la declaración de Sara, ella nunca
podría imaginarse teniendo un niño a su
edad. Su risa fue una expresión de incredulidad en la palabra de Dios, y su
siguiente declaración lo confirmó: “Después de ser tan vieja, existirá el
placer para mi, y también para mi marido siendo tan viejo?” Para mostrar a
Abraham y Sara que estaban limitando a Dios y no confiando en Su palabra, el
Ángel de Dios dijo, “Existe algo que sea demasiado difícil para Dios? En el
momento establecido, volveré a ustedes, en el momento de la vida, y habrá un
hijo para Sarah.” Sarah estaba tan sobresaltada por esto que negó haberse
reído de la promesa de Dios. "No, pero tu sí te reíste!" regañó el
Ángel (Gen. 18:12-15).
Sabiendo que nada
es demasiado difícil para Dios, nunca
debemos dudar de Sus palabras o Sus promesas, pese a cualquier obstáculo físico
que podamos enfrentar en nuestras vidas.
Siguiendo esta
promesa, y luego de la destrucción de Sodoma y Gomorra, ocurrió un incidente
que fue casi idéntico al que Abraham y Sara habían enfrentado veinticuatro años
antes con el Faraón. Uno pensaría que ellos habrían aprendido a confiar en
Dios, incrementado su fe y también habrían aprendido a hacer lo que está bien
de acuerdo a Su Ley. Sin embargo como estamos a punto de ver, Abraham y
Sara nuevamente proclamarán ser hermano
y hermana, esta vez en la tierra de
Gerar.
El Rey de Gerar
era un hombre llamado Abimelec. Cuando
Abimelec lo bella que era Sara, la llevó a su casa, una vez que Abraham le hubiera dicho que era su hermana.
Sin embargo, esa noche Dios le habló a Abimelec y le dijo, “Estás a punto de
morir por la mujer que has tomado, porque ella está casada con su marido” (Gen.
20:3). Dado a que Abimelec había creído que Abraham y Sarah eran hermanos, y
porque Dios lo apartó del pecado, Abimelec y todas sus pertenencias se salvaron
de la ira de Dios. Esto fue a condición
de que devolviera a Sara a Abraham y le pidiera a Abraham que rezara por el perdón por sus actos.
Una vez que se le
concedió el perdón a Abimelec, sus esposas pudieron engendrar niños nuevamente,
porque ellas se habían vuelto estériles mientras Sarah estaba entre ellas. Una
vez más Abraham demostró ser incapaz de practicar la
fe y la confianza plena en Dios. Aún así, Dios fue leal a Abraham en Sus
promesas porque en Su omnisciencia Dios sabía anticipadamente que Abraham
demostraría mas tarde su lealtad completa a Él
Pronto
Abraham iba a enfrentar lo que probablemente sería la más difícil prueba de fe.
A la edad de 100 años,
Abraham tuvo un hijo, Isaac (Gen.
21:1-3). Este era el hijo por medio del cual llegarían todas las promesas. Si algo
le fuera a pasar a él, no se podría confiar en la palabra de Dios. Teniendo
esto en mente, podemos ver que Abraham iba a tener una doble prueba. Esta
prueba claramente sometería a prueba tanto la palabra de Dios como la fe de
Abraham.
¿Confiaría Abraham
en las promesas de Dios sin importar lo que fuera a pasar? ¿Elegiría Abraham obedecer a Dios por encima de la
vida de su hijo Isaac?
Dios llamó a
Abraham y le dijo, “Abraham!”
Y Abraham dijo,
“Aquí estoy”.
Luego Dios
continuó, “Toma a tu hijo Isaac, tu único hijo, al cual amas, y ve a la tierra
de Moriah. Y allí ofrécelo como ofrenda quemada en una de las montañas que voy
a indicarte” (Gen. 22:1-2).
Obedeciendo su
mandato, Abraham, Isaac, y dos sirvientes jóvenes se despertaron temprano en la
mañana para cortar madera para el altar de sacrificio, y para ensillar sus
burros antes del viaje a donde Dios le dijo a Abraham que tendría lugar la
ofrenda. Luego de un viaje de tres días,
Abraham pudo ver el lugar del sacrificio y se detuvo para decirle a sus
dos sirvientes que se quedaran con los burros, mientras él e Isaac fueran a
presentar una ofrenda. Abraham tomó su cuchillo y el fuego mientras Isaac cargó
la mismísima madera sobre la cual sería sacrificado en el lugar (Gen. 22:3-10).
Existen
muchas similitudes entre el sacrificio de Isaac y el sacrificio de Cristo.
Examinemos algunas de estas ahora:
1)
1) Isaac cargó la madera sobre la cual iba a ser
sacrificado, simbolizando Cristo cargando la madera o la estaca en la cual iba
a ser crucificado (Jn. 19:17).
2)
2) Tanto Cristo
como Isaac eran obedientes hasta la muerte (o cerca de la muerte en el caso de Isaac).
3)
3)
Abraham estaba dispuesto a
sacrificar a su único hijo, así como Dios permitió el sacrificio de Su único
hijo concebido.
4)
4)
El sacrificio del carnero que
ocurrió luego en lugar del sacrificio de Isaac fue un simbolismo físico del
sacrificio de expiación que sería ofrecido por Cristo el Mesías.
Dios permitió
poner a prueba a Abraham. Sin embargo, luego de que Araham mostrara su fe en
Dios el Padre hasta el punto de sacrificar su único hijo Isaac, Dios envió a Su
Ángel para que interviniera antes de que Abraham continuara con el sacrificio
de su hijo. Una vez finalizada esta particular prueba, Dios le habló a Abraham
por medio del mismo Ángel y le dijo,
Génesis 22:12 " Y dijo: No extiendas tu mano sobre el
muchacho, ni le hagas nada; que ya conozco que temes á Dios, pues que no me
rehusaste tu hijo, tu único;" (RSV)
Las
palabras, “porque ahora se” en el verso de arriba prueban que el que estaba
hablando era el Ángel del Señor. Como
sabemos, solo Dios Padre es
omnisciente, es decir, Él todo lo sabe. Pese a que Dios sabía lo que Abraham
iba a hacer, Él permitió que este incidente ocurriera para que Su Ángel supiera que el corazón de Abraham era
fiel al Dios Padre.
Este
Ángel era el Ser que luego se convirtió en el hombre Jesucristo. Es posible que
este haya sido el momento en que Cristo supo que Dios no evitaría su sacrificio para redimir para Si
mismo toda Su creación. Así, Él
extendería Su familia a través de Cristo; de la misma forma en que la familia
de Abraham fue extendida por medio de Isaac.
Génesis
22:16-18 " Y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has
hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único; 17 Bendiciendo te
bendeciré, y multiplicando multiplicaré tu simiente como las estrellas del
cielo, y como la arena que está á la orilla del mar; y tu simiente poseerá las
puertas de sus enemigos: 18 En tu simiente serán benditas todas las gentes de
la tierra, por cuanto obedeciste á mi voz. (RSV)
Nuevamente vemos
que se menciona a Isaac como el “único hijo” en este pasaje bíblico. Como fue
previamente mencionado, Abraham tuvo otro hijo por medio de la empleada
doméstica de Sara, Agar. Este hijo, Ismael, junto con su madre fueron
expulsados de la casa de Abraham a pedido de Sara (Gen. 21:9-14). Esto hizo que
Isaac quedara como el único hijo de Abraham, y él sería el hijo de la promesa
que Dios le hizo a Abraham.
Entonces, por la
obediencia y fe de Abraham, las bendiciones de muchas naciones, incluyendo
nuestras propias naciones, se han filtrado en áreas tanto físicas como
espirituales que podemos apreciar hoy en día.
q